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viernes, 25 de junio de 2010

La policía asalta a la Iglesia de Bélgica.


Recogemos de la página de forumlibertas una noticia cuanto menos preocupante.

El texto nos muestra desgraciadamente, una nueva persecución a la Iglesia católica, por parte del poder mundano. Creemos que es de justicia publicarlo en la encomienda de Barcelona, para que este lamentable suceso quede denunciado públicamente.


Fotografía de André-Mutien Léonard, nuevo prelado de la Iglesia belga.


Si en Bruselas, sede de la democracia europea, la policía puede asaltar las dependencias de la Iglesia alegando genéricas "investigaciones de abusos", ¿con qué legitimidad podrá la UE reprender al Nepal maoísta, el Vietnam comunista o los regímenes de Mugabe en Zimbabwe o Evo Morales, Chaves o Castro en Hispanoamérica si hacen lo mismo en sus países?


Que docenas de policías asalten los edificios de la Iglesia sin justificaciones, se lleven cajas y ordenadores y dejen a cambio vagos comentarios sobre "investigaciones de pederastia" es algo común... en las dictaduras del Bloque Soviético, pero novedoso en Bélgica.


Es bien sabido que el país cuenta con una importante presencia masónica, ligada a la búsqueda de influencia en las instituciones de la UE en Bruselas. Además, el Parlamento Belga ya asombró al mundo con su reprobación a Benedicto XVI en primavera de 2009, condenando las palabras papales sobre la ineficacia de las campañas de condones en África.


Sin embargo, el espectacular asalto policial a las principales dependencias de la Iglesia (el arzobispado de Malinas-Bruselas, a la cripta de la catedral, al domicilio particular del cardenal Danneels y a las oficinas de la comisión independiente que investiga abusos a menores en el ámbito eclesiástico) sobrepasan todo precedente.


Asalto sin justificar

Un portavoz de la Fiscalía federal belga explicó que la ola de registros forma parte de una investigación "reciente" para ver "si se sostienen o no" acusaciones de abusos sexuales, pero no aclaró más sobre el origen de la denuncia.


Las víctimas de abusos que estaban trabajando con la Iglesia para esclarecer casos antiguos han criticado a la policía, por llevarse archivos con sus datos, informes confidenciales entregados a la Iglesia confiando en que no se difundirían indebidamente.


"Las víctimas se encuentran en estado de pánico", asegura indignado Peter Adriaenssens, psiquiatra infantil de gran prestigio y presidente de la comisión eclesial que recibe las denuncias de abusos.


Las víctimas de abusos temen a la policía, no a la Iglesia

De casi 500 dosiers que se ha llevado la policía, 100 corresponden a personas que habían aceptado hacer públicas sus historias, la mayoría prescritas judicialmente. "El resto quería que se respetara su privacidad, y así se lo prometimos", subraya Adriaenssens. La mayoría, afirma, sólo revelan las humillaciones sufridas tras la muerte de sus padres, a menudo amigos del abusador. Adriaenssens teme que con la redada policial haya perdido la confianza de las víctimas y que la comisión de investigación de la Iglesia apenas podrá trabajar ahora.

Desde la dimisión en abril del obispo de Brujas, Roger Vangheluwe, tras admitir haber abusado sexualmente de un menor de su entorno en los años 80, muchos belgas creen en la sinceridad de la Iglesia al estudiar los abusos pasados.


La policía entorpece la investigación del pasado

En diciembre se jubiló el primado de la Iglesia belga, el cardenal Daneels, presidente de la Conferencia Episcopal entre 1979 y 2010, y desde enero está al frente un nuevo prelado, André-Mutien Léonard, que en la línea de Benedicto XVI está dirigiendo el esfuerzo por eliminar la cultura del "silencio". Daneels también había mostrado su deseo de cooperar con las investigaciones eclesiales. Por eso asombra el asalto a sus dependencias personales y las confusas explicaciones oficiales al respecto.

Para complicar aún más las cosas, la ola de registros ha sucedido mientras todos los obispos del país se reunían con el nuncio apostólico de Bélgica y Luxemburgo, Giacinto Berloco.

Además de la escasa sensibilidad hacia las víctimas que esta redada ha tenido, cabe pensar en sus efectos internacionales en países comunistas o totalitarismos de Asia, América o África.

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