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miércoles, 28 de julio de 2010

Leyendas templarias: El templario de Castillejo de Robledo


Desde la encomienda de Barcelona, queremos tratar un tema distendido, pero que no por ello ha dejado de tener interés y siempre el buen amante del Temple, le gusta leer: las leyendas sobre templarios.

Para ello hemos extraído un texto de nuestro buen amigo, el escritor granadino aunque residente en Barcelona desde hace varias décadas, D. Jesús Ávila Granados y que publicó en su libro “La mitología templaria”.

Desde este humilde rincón, deseamos que disfrutéis con su lectura.

Vista actual del deteriorado castillo templario de Castillejo de Robledo.

El templario de Castillejo de Robledo

En la localidad Soriana de Castillejo de Robledo, en el extremo occidental de esa provincia castellano-leonesa, se mantiene viva una antigua leyenda relacionada con un templario que, tras asesinar al superior del convento-castillo, emprendió la huida hacia la vecina población de Valdanzo, a través de un sendero conocido como de Vallejo-Caballero.

Castillejo de Robledo, a 983 metros de altitud, es uno de los pueblos típicos de las parameras sorianas, que se ocultan a los ojos del viajero hasta que, a pocos metros de distancia, se muestran por sorpresa; por encima de los marrones tejados árabes de las casas, se alzan orgullosos los restos del castillo templario, desde cuyas almenas se divisa esta enigmática población, cuyo aspecto de cerramiento y misterio se ha mantenido a lo largo de los tiempos. Bajo los cimientos de las casas, discurren numerosas venas de agua fresca y cristalina, que asoman luego en fuentes y manantiales; algunas, como la de La Salud, dicen que dan apetito al beber en ella, y fue elevada a la categoría de sagrada por los caballeros del Temple.

La iglesia parroquial, dedicada a la Virgen de la Asunción, declarada Monumento Nacional en 1974, está también vinculada con los templarios; se dice que hay una galería subterránea que comunica este templo con los sótanos del castillo superior. Lo cierto es que, los canecillos del exterior del ábside, abundan las escenas más eróticas del románico castellano, a decir por el profesor Gaya Nuño. Allí se puede ver dos parejas en el momento de culminar el coito, en un clímax tántrico que, estamos seguros, llegaría a ruborizar a la sociedad cristiana del mundo medieval, y que los templarios supieron transmitir muy bien en forma de imágenes sin pudor; muy diferentes a las que aparecen en el románico de Cantabria y otros lugares de Castilla y León; también aguardan un sentido mágico las barricas de vino que, al igual que en las vecinas poblaciones de Caracena y Ligos, se reproducen en otros canecillos. Muchas coincidencias se dan en esta población del occidente soriano; Castillejo de Robledo condensa buena parte de los misterios insondables del Temple, desde lo material hasta lo espiritual, pasando por la leyenda.

Enfrente mismo del ábside, en una pared de ladrillo, adobe y piedra, se alza una cruz que sobrecoge con los ardientes rayos del crepúsculo, en la cual se lee una frase relacionada con la afrenta del robledal de Corpes, cuando, a finales del siglo XI, las dos hijas del Cid Campeador, doña Sol y doña Elvira, fueron ultrajadas por sus esposos, los condes de Carrión; escena que aparece reflejada también en el interior del templo, en unas pinturas descubiertas en 1933. Al lado de estos frescos, está el arranque de un doble dragón –uno benévolo y otro malévolo, que, en forma de voraces serpientes, nos llevan a la dualidad del bien y del mal-, cuyos estilizados cuerpos se desplazan sobre un damero de ajedrez, como juego gnóstico; todo ello estrechamente vinculado con los templarios.

Resulta de visita obligada el tenebroso paraje en donde, según la leyenda, tuvo lugar la horrible muerte del caballero templario, atravesado por un rayo, cuando salió huyendo de Castillejo de Robledo, montado en un brioso corcel negro, tras haber cometido el asesinato del superior del convento del castillo. No tardará en encontrarlo, próximo al antiguo camino que lleva a la vecina localidad de Valdanzo, llamado popularmente el camino del Vallejo-Caballero; pero no cuente con que ningún aldeano le acompañe si el tiempo amenaza lluvia, porque, según las creencias populares, el alma del templario le jugará una mala pasada…

Castillejo de Robledo fue una importante encomienda templaria, porque los caballeros supieron muy bien elegir este estratégico enclave, especialmente rico en agua potable, que corona un territorio fértil sobre el curso medio del río Duero. En las cercanías, una ermita igualmente cargada de esoterismo, con la aparición de una imagen en el cenobio rupestre de la Virgen de la Concepción del Monte; actualmente, la imagen se conserva en el monasterio de la Vid, ya en la provincia de Burgos.

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