© 2009-2019 La página templaria que habla de cultura, historia y religión - Especial 'Proceso de los templarios'

lunes, 25 de octubre de 2010

Símbolos cristianos: la puerta


Continuamos nuevamente con el apartado dedicado a los símbolos cristianos. Hoy le toca el turno a “la puerta”. Pero para poder profundizar más sobre esta cuestión primero comentaremos que la puerta lleva siempre implícito “el umbral” y que por tanto debemos verla como un posible cambio; tanto desde un punto de vista espiritual como también material. Pero para que pueda producirse ese “cambio”, primero deberemos atravesar dicha puerta.

Pero centrémonos en los evangelios. El significado que le da Cristo a “la puerta”, es el de un cambio en la manera de actuar como también de contemplar el mundo por parte de la humanidad; acentuándose más aún en sus seguidores.

Veamos que nos ofrece Juan el Evangelista a este respecto:

"En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que escala por otro lado, ése es un ladrón y un salteador; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas”. (Jn, 10, 1-2)

Y continúa diciendo:

Jesús les dijo esta parábola, pero ellos no comprendieron lo que les hablaba.
Entonces Jesús les dijo de nuevo: "En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido delante de mí son ladrones y salteadores; pero las ovejas no les escucharon. Yo soy la puerta; si uno entra por mí, estará a salvo; entrará y saldrá y encontrará pasto”.
(Jn 10, 6-9)

Sin ánimo de equivocarnos, aquí Nuestro Señor nos indica que debemos actuar sin secretos ni mentiras, entrando por la puerta y no escalando para no ser vistos. Si hacemos caso a los que nos dice, no sólo seremos buenos a los ojos de las personas, sino también a los ojos del Altísimo quien nos recompensará por nuestros actos.

Ahora continuaremos por lo que nos dice el evangelista Lucas:

“Traten de entrar por la puerta estrecha, porque les aseguro que muchos querrán entrar y no lo conseguirán. En cuanto el dueño de casa se levante y cierre la puerta, ustedes, desde afuera, se pondrán a golpear la puerta, diciendo: "Señor, ábrenos". Y él les responderá: "No sé de dónde son ustedes". (Lc 13, 24-25)

Lucas nos transmite la idea de ese cambio desde un punto de vista meramente espiritual, y pone un dueño, a Dios que está en el interior del “recinto”, lo que viene a decir que, sólo si entran a ese recinto, estarán a salvo.

Lucas nos añade además que esa puerta es “estrecha”, lo que quiere decir que acceder al otro lado implica grandes sacrificios y que no todo el mundo estará dispuesto a asumir. Será por tanto esa conducta negativa a los ojos del Señor, que no viendo buenas obras, no les reconocerá y por tanto no les ofrecerá la posibilidad de “cambiar de plano”.

Concluyamos finalmente con el texto del Apocalipsis, donde Juan, el redactor del mismo, también nos habla sobre la Puerta.

“Yo estoy junto a la puerta y llamo: si alguien oye mi voz y me abre, entraré en su casa y cenaremos juntos”. (Ap 3, 20)

Y nos dice en el siguiente capítulo:

Después tuve la siguiente visión: Había una puerta abierta en el cielo, y la voz que había escuchado antes, hablándome como una trompeta, me dijo: “Sube aquí, y te mostraré las cosas que deben suceder en seguida”. (Ap 4,1)

Juan nos dice claramente que Dios no es hermético, que no sólo espera a que abran La Puerta donde Él se encuentra, sino que es capaz de ir a las puertas de los demás para acceder a su interior. Por tanto Cristo nos invita a que le dejemos entrar en nuestro corazón.

En cambio, en el cuarto capítulo, Juan nos dice claramente que La Puerta es Dios, que está en el Cielo, y le invita a entrar y entender las cosas que han de suceder.

No hay comentarios:

Publicar un comentario