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viernes, 29 de abril de 2011

La vida religiosa de los Templarios: IVª parte


Desde la encomienda de Barcelona retomamos el apartado dedicado a la vida religiosa de los templarios. En esta última y definitiva parte, su autora, la historiadora y especialista en la Orden del Temple, Mrs. Helen Nicholson, en su libro “The Knights Templar” nos adentra en la importancia que tuvo el trabajo en comunidad de los templarios por encima del individualismo; así como su fidelidad para y por Cristo.

Desde Temple Barcelona, deseamos que este apartado haya sido también de vuestro más sincero agrado.

Entre 1161 y 1174 se llevó a cabo la traducción de otras obras al francés anglonormando. El autor de esas traducciones fue un poeta anónimo que trabajó al servicio del hermano Enrique d’Arcy, comendador del Temple en Bruer, Lincolnshire. Entre las obras traducidas figuraban una “Vida de los Padres” (hechos de los primeros cristianos), un relato acerca de la futura llegada del Anticristo, una versión de la famosa historia del descenso de san Pablo a los infiernos y una vida de santa Taide, prostituta convertida, protagonista de una leyenda muy popular en la Edad Media. Algunos de esos relatos resultaban lógicamente atrayentes para los templarios: santa Taide había vivido una vida de pecado antes de convertirse, al igual que también la habrían vivido muchos caballeros seculares antes de su ingreso en la orden (al menos, según lo que cuenta el apartado 49 de la Regla). La historia del Anticristo hacía hincapié en la importancia de mantenerse firmes en la fe, a pesar de todas las persecuciones y tentaciones del Anticristo, y prometía una gran recompensa en los cielos a los que siguieran siendo fieles a Cristo hasta el fin de sus días.

El del Anticristo era un relato particularmente importante para los templarios. Algunos hombres de la época interpretaban las cruzadas y la reconquista de los Santos Lugares en un contexto escatológico. Creían que todo ello formaba parte del advenimiento del reino de Cristo. Pero primero había que vencer al Anticristo, cuya llegada –anunciada por los apóstoles (1 Juan 2, 18)- sería la señal de que el final del mundo estaba próximo. Algunos autores cristianos identificarían a Mahoma con el Anticristo. Por lo tanto, los templarios, paladines de la Cristiandad frente al Islam, formaban la vanguardia de la guerra contra el Anticristo y necesitaban estar bien informados al respecto. […]

[…] Sin embargo, hay muy pocos testimonios de escritos templarios. La primera versión de Itinerarium peregrinorum, un relato acerca de la tercera cruzada, contiene material que sin duda procedía directamente de los templarios, pero la obra propiamente dicha no fue escrita por ningún miembro de la orden. Es evidente que el autor histórico que en la actualidad conocemos como el “templario de Tiro” no fue un templario: su apelativo moderno deriva del hecho de que fue secretario del maestre Guillermo de Beaujeu. Se han hecho especulaciones sobre el papel de los templarios en el desarrollo de la leyenda del Santo Grial, pero una lectura atenta de esas historias revela que no es así. El concepto de caballería en las leyendas del Santo Grial difiere mucho del ideal templario: los caballeros del Grial actúan solos, no como parte de una comunidad.

Probablemente, la razón de que ningún templario fuera canonizado por la Iglesia radique en el hincapié que hizo la Orden del Temple en el concepto de comunidad cuyos hermanos debían actuar conjuntamente. Como todos sus miembros tenían que trabajar unidos al servicio de Dios, es posible que la orden intentara evitar la devoción por un hermano en concreto. Si uno era distinguido de ese modo, se habría fomentado el “individualismo” en la búsqueda del martirio y la gloria, destruyéndose así la colaboración y la disciplina, tan esenciales en el campo de batalla. No obstante, algunos templarios que perecieron combatiendo al musulmán con arrojo fueron “descritos” como mártires, y quizás fueran muy recordados en el seno de la orden. Encontramos dos casos en la primera versión del Itinerarium peregrinorum. […]

[…] El sacrificio personal por la gloria de Dios probablemente no resulte atrayente para las personas de nuestra época, pero fue el ideal secundado por los caballeros del Temple.

Lejos de los campos de batalla, los templarios llevaban una vida muy parecida a la de las demás órdenes religiosas, y tal era el papel que desempeñaban en la sociedad. La Regla de la orden no les exigía que cuidaran de pobres y enfermos, aunque daban hospitalidad a los viajeros. Fueron responsables de algunos hospicios en Occidente y se dedicaron a hacer obras de caridad tanto a hombres como a mujeres. En las actas del proceso de la orden se recogen dos historias contadas por terceros acerca de la utilización que hicieron algunos monjes templarios de las reliquias que poseía la orden para sanar tanto a hombres como a mujeres. Al igual que otras órdenes religiosas nuevas de los siglos XII y XIII, en concreto la del Císter y la del Hospital de San Juan, los templarios tenían privilegios especiales concedidos por el papa que los protegían de las exigencias de obispos y nobles y les permitían cumplir con su vocación de una manera más efectiva. La concesión de tales privilegios llegó a través de una serie de bulas papales (las órdenes de los sumos pontífices recibían el nombre de “bulas” por el sello papal o bullum, que certificaba los documentos) emitidas a partir del año 1139. Dichas bulas dieron a los templarios una gran libertad de acción en sus operaciones, fomentaron el ingreso de nuevos miembros, ayudando a conservarlos en el seno de la orden, y les permitieron hacer acopio de numerosos asociados y donaciones. Sin embargo, también fueron causa de fricción con los obispos. Durante los siglos XI y XII, impulsados por los debates que se entablaban en las nuevas universidades como París y Bolonia, los conceptos de espiritualidad sufrieron una importante transformación.

Los religiosos podían ser regulares, que seguían una regla religiosa (monjes), o seculares, que vivían en el mundo exterior (arzobispos, obispos y sacerdotes). Desde los tiempos del Bajo Imperio Romano se creía que los monjes eran los mejores cristianos, y que los que deseaban plenamente seguir una vida en Cristo debían abandonar la sociedad y entregarse en cuerpo y alma a la oración y a la vida contemplativa. Como los monjes estaban considerados el ejemplo perfecto de buen cristiano, tenían derecho a autogobernarse y a no tener que sufrir la intromisión de los obispos. Pero desde mediados del siglo XI, debido al interés cada vez mayor por el derecho canónigo (las leyes y normas de la Iglesia), esas ideas empezaron a cambiar. Actualmente muchos pensadores religiosos destacados consideran que el concepto más importante es el de la sucesión apostólica. Cristo nombró al apóstol Pedro cabeza de su Iglesia, y desde entonces la autoridad de Cristo se manifiesta en la tierra a través de los sucesores de Pedro como papas de Roma. El papa ordenaba a los arzobispos, y éstos a su vez a los obispos, que eran los encargados de la ordenación de los sacerdotes (de modo que toda la autoridad de la Iglesia emanaba de la del papa, y ésta a su vez de Pedro y, en último término, de la de Cristo). De ahí que todos los clérigos incluidos los monjes, tuvieran que someterse a la autoridad de sus obispos. Las órdenes religiosas que estaban exentas de esta obligación suponían un desafío a este concepto, suscitando así numerosas críticas por parte de clérigos seculares como Guillermo, arzobispo de Tiro, Juan de Salisbury o Walter Map.

No obstante, en la vida cotidiana, la relación entre templarios y obispos era normalmente buena, y sabemos de obispos que realizaron donaciones a la Orden del Temple, que ordenaron a monjes de la orden y que se alojaron en las casas de los templarios durante los viajes que emprendieron por su diócesis. En el ámbito local, en el mundo cristiano de Occidente los templarios debieron de ser en su mayoría individuos de la zona que estaban familiarizados con la jerarquía eclesiástica local y deseaban llevarse bien con ella. La estrecha relación existente entre las encomiendas de los templarios de Occidente y sus obispos queda patente en el hecho de que incluso las liturgias utilizadas por la Orden del Temple en sus capillas eran las mismas que las de sus respectivas diócesis; no era una liturgia especial de los templarios impuesta desde instancias superiores. […]

[…] ¿Cómo se desenvolvía en la práctica la fe religiosa de los templarios? ¿Eran los templarios particularmente devotos por término medio? No cabe la menor duda de que los templarios de Oriente sentían profundamente su vocación y la ponían en práctica en la vida cotidiana. En Occidente, lejos de las fronteras del mundo cristiano, la llamada al martirio y al propio sacrificio por Cristo no tuvo una importancia tan clara y evidente en la vida cotidiana de los hermanos. Las actas del proceso de la orden indican que algunos de ellos eran increíblemente ignorantes acerca de los principios básicos de su vida religiosa. Por ejemplo, muchos no sabían que el cordón que llevaban atado a la cintura era un símbolo de castidad. Uno creía que habría servido para pagar el rescate si caía en manos de los sarracenos.

No obstante, la mayoría de los hermanos sabían cuál era su propósito y lo llevaban con orgullo, e incluso a oídos de un hermano llamado Humberto de Puy, donde le había llegado la noticia de que el hermano Elías Aymery, en su celo por la castidad, llevaba el cordón atado tan fuertemente alrededor de la cintura, que se había malherido.

La gente de la época consideraba que la orden era una institución piadosa, dado el elevado número de donaciones importantes que recibieron, y es evidente que tuvo muchas oportunidades de observar cómo vivían los hermanos. Nadie se quejaba de que éstos fueran poco piadosos. Durante el proceso de Chipre muchos de los testigos dijeron que habían visto a los hermanos en la iglesia, demostrando su gran devoción en el transcurso de los servicios, y algunos declararon que incluso habían vivido en casas de la orden. En 1251 la reina Margarita de Francia dio a luz a su hijo, el conde de Alençon, en la fortaleza templaria de Chastel Pèlerin, y Reginaldo de Vichiers, maestre del Temple, fue el padrino de la criatura a pesar de la prohibición que se establecía en la Regla. De modo que las casas de los templarios no estaban cerradas a personas ajenas a la orden , ni siquiera a las mujeres. Algunos hermanos mantuvieron contacto con su familia, pues ésta era la encargada de suministrarle el cordón que debía llevar atado a la cintura. El hermano Esteban de Troyes, que fue interrogado en Poitiers a finales de junio de 1308, dijo que siempre había estado en contacto con su madre, a la que fue a visitar cuando abandonó la orden. Camino de la casa materna, fue detenido y encarcelado por los templarios por haber abandonado ilegalmente la orden, pero su progenitora pagó un rescate de doscientas livres (libras) con la condición de que viviera con ella a partir de entonces. […]

[…] No hay ninguna prueba de que los templarios participaran en movimientos heréticos en Europa. Aunque poseían grandes extensiones de tierra en el sur de Francia, donde en los siglos XII y XIII la herejía de los cátaros tuvo una amplia difusión, la Orden del Temple no apoyó a la nobleza local durante la cruzada albigense. Un comentarista del lugar, Bernardo Sicart de Marjevols, criticó duramente a los templarios por no haber prestado ayuda a sus antiguos patronos. De hecho, los templarios acompañaron al ejército cruzado y en algunas ocasiones le dio cobijo. No lucharon en la cruzada albigense, aunque esto no debería sorprendernos, pues su vocación no les exigía que combatieran a los herejes, y Oriente ya había acabado prácticamente con todos sus recursos.

Templarios y hospitalarios fueron acusados a menudo de estar siempre muy predispuestos a firmar treguas con los musulmanes y de intentar prolongar la guerra en Oriente con el fin de acumular más dinero. Matthew Paris, cronista de la abadía de Saint Albans, formuló esas mismas acusaciones, pero en su relato de la batalla de al-Mansura (febrero 1250) añadió la respuesta de la orden. Esa batalla supuso una terrible derrota, pero la reputación de las órdenes militares salió bien parada porque habían aconsejado al conde Roberto de Artois, comandante de las tropas de vanguardia, que no atacara al enemigo. Su consejo fue pasado por alto, y la batalla se perdió: era evidente que la culpa era del conde, y se reivindicó la inocencia de las órdenes. […]

[…] ¿Por qué iba a ingresar alguien en una orden religiosa con la intención de condenar su alma a las llamas eternas del infierno? Se entraba en una orden religiosa para salvar el alma según la doctrina de la Iglesia de Cristo. La Orden del Temple estaba considerada una buena orden en la que poder salvar el alma y ganarse un lugar en el cielo. (fin del apartado)

1 comentario:

  1. POR QUE NO EVOLUCIONA LA RAZA HUMANA

    POR TRES PECADOS TERRENALES

    -Una piedra llamada diamante.
    -Un metal llamado oro.
    -Un papel llamado dinero.

    Las palabras Diamante, Oro, y Dinero = Falsedad, Envidia, Codicia, Egoísmo, Fantasía, Hipocresía, Creencias, Poder y Guerras.

    Aquí esta mi conocimiento para vuestra inteligencia

    -Nacemos con el cerebro en blanco
    -Funciona con las primeras sensaciones de la mano

    La inteligencia del ser en su mano está

    Mano= inteligencia divina, automática, autónoma,
    Intuitiva y creativa.

    -Con un cuerpo cuidado a la perfección,
    Automáticamente e intuitivamente, etc.

    -Cada movimiento de mano es pura
    Matemática e inteligencia.

    -Con tu pensamiento puedes coger lo que quieras, cuanto quieras, y el tiempo que quieras, pero acuérdate de cerrarla.
    Eso es inteligencia.

    Cuando no piensas funciona sola.

    -Nacemos con manos inteligentes y un cuerpo perfecto, nosotros lo hacemos deteriorar por falta de conocimientos hacia nosotros mismos.

    -Humanos adora tus manos, son todos tus sentidos, tu pasado, tu presente y tu destino

    Ten presente que:

    El humilde es sabio, y en inteligencia es superior al que no es humilde.
    Crea la dulzura en ti, y alcanzaras maravillas en el universo.

    COMO DESARROLLAR LA MÁXIMA INTELIGENCIA EN EL MÍNIMO TIEMPO

    MOTO SCOOTER CONDUCCION INTELIGENTE

    Necesario:

    -Las tres primeras paradas hacer lo máximo para frenar lo mínimo y suave posible.

    -Ya estas en tu moto, tu eres el profesor y tu eres el alumno.

    -En la sensibilidad de tu mano esta tú inteligencia.

    -Conseguirás tus máximos conocimientos en el mínimo tiempo.

    Hace 40 años la mano del hombre invento el vehiculo de su futuro, la primera scooter.

    Hoy la tenéis en vuestra mano, y lo mejor vuestra inteligencia.

    La Perfección existe, no lo dudéis.

    Que la Paz, el Amor y la Caridad, Reine un vuestro destino.


    ENFERMEDADES MENTALES

    LOS MEDICAMENTOS SUS EFECTOS Y CONSECUENCIAS

    Cada pastilla tomada es una orden al cerebro.

    PENSAMIENTO INCOHERENTE

    Me tomo esta pastilla para no tener mi enfermedad mental.

    Consecuencias:

    Si dejas el medicamento automáticamente te viene tu enfermedad mental.

    Es la orden que tiene tu cerebro.

    PENSAMIENTO INTELIGENTE

    Me tomo esta pastilla porque me ayuda a relajarme y trabaja mejor mi inteligencia.

    Máxima relajación igual a Máxima inteligencia.

    Cuando se le rebaja o elimina el medicamento ese cerebro no vuelve a tener esa. Enfermedad mental.

    El cerebro funciona con las sensaciones de la mano.

    Y la mano con tu pensamiento.

    Atentamente
    Joaquín 53 años

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