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viernes, 27 de enero de 2012

Conociendo a Jesucristo: El destino del Bautista


Desde la encomienda de Barcelona retomamos nuevamente el apartado dedicado a conocer mejor la vida de Nuestro Señor Jesucristo. Hemos creído conveniente el compartir con vosotros un texto del teólogo J.R.Porter de su libro “Jesus Christ” donde nos habla de la ejecución de Juan el Bautista.

Desde Temple Barcelona deseamos que su contenido os sea agradecido.

“Decapitación de Juan el Bautista”, de Massimo Stanzione (1585-1656)

La detención y ejecución de Juan el Bautista impresionó profundamente a la comunidad cristiana primitiva. En el evangelio se menciona varias veces, y el hecho de que el escritor judío Josephus, el cual escribió en el último cuarto de siglo del siglo I d. C., también lo recoja demuestra que los hechos seguían siendo bien conocidos.

Los tres sinópticos afirman que Herodes Antipas, el tetrarca (gobernador) de Galilea y Perea, detuvo a Juan principalmente porque el Bautista había condenado su boda con su antigua cuñada, pues su exmarido todavía estaba vivo, un hecho que la ley judía consideraba incesto. Sin embargo, según Josephus, Antipas encarceló y ejecutó al Bautista porque temía que su popularidad acabara provocando una insurrección. Ambas historias son posibles, ya que Josephus escribió en Roma para un público gentil al que no le debía de preocupar los detalles de ley matrimonial judía. No obstante, Mateo apunta que, debido a la popularidad de Juan, Antipas no quería que fuera ejecutado, ya que temía la reacción de “la multitud” que tenía al Bautista por un profeta (Mt 14, 5).

Marcos presenta una narración viva de la muerte del Bautista (Mc 6, 17-29), mientras que el relato de Mateo es mucho más resumido (Mt 14, 3-12). Probablemente, ambos evangelistas se basaron en una misma tradición, conservada entre los discípulos del Bautista y quizás relatada a las personas que visitaban su tumba (Mc 6, 29; Mt 14, 12).

La versión de Marcos tiene el carácter de un cuento popular judío, con reminiscencias de la Biblia hebrea. La hija de Herodías, Salomé –gracias a Josephus conocemos su nombre- bailó para Antipas, que le hizo una rápida promesa: “Me pidas lo que me pidas, te lo concederé, aunque sea la mitad de mi reino”. Esta promesa aparece dos veces, prácticamente de forma idéntica, en el libro de Ester (Est 5, 6; 7, 2), donde el escenario también es un gran banquete real. La respuesta de Ester a la promesa del monarca provocó la ejecución de su enemigo, Haman. En Marcos, Salomé es empujada por su madre Herodías a pedir “la cabeza de Juan el Bautista”.

Asimismo, la historia de Marcos refleja el resentimiento de la gente ordinaria, como los seguidores del Bautista y de Jesús, contra el esplendor y las intrigas de la corte de la dinastía de Herodes. En otro pasaje, Jesús compara al Bautista con aquellos cubiertos de ropajes delicados y que viven rodeados de lujo en palacios reales (Lc 7, 25; Mt 11, 8). La decadencia de la familia real herodiana se remarca con la ejecución de una danza (probablemente de carácter lascivo), por una princesa real (Mc 6, 22), por lo general este tipo de entrenamiento era ofrecido por cortesana profesionales.

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