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lunes, 19 de marzo de 2012

Evangelio dominical: la luz vino al mundo.


Desde la encomienda de Barcelona, un lunes más queremos compartir con todos vosotros la meditación sobre el evangelio de ayer domingo 18 de marzo.

Desde Temple Barcelona deseamos que la reflexión del Santo Evangelio, nos sea útil para proyectar nuestras vidas conforme a los mandatos del Altísimo.


De la misma manera que Moisés levantó en alto la serpiente en el desierto, también es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto,
para que todos los que creen en él tengan Vida eterna.
Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.


El que cree en él, no es condenado; el que no cree, ya está condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios.
En esto consiste el juicio: la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas.


Todo el que obra mal odia la luz y no se acerca a ella, por temor de que sus obras sean descubiertas.


En cambio, el que obra conforme a la verdad se acerca a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras han sido hechas en Dios". (Jn 3,14-21)

Jesús: la Luz del mundo

Reflexión:

En estos versículos, el evangelista San Juan, nos dictamina que la revelación del Hijo por parte del Padre, fue consumada para otorgar la vida eterna a todos los que en Él crean, concluyendo que sólo se podrá llegar a ver la luz divina si los hombres obramos según su Palabra.

Plegaria:

¡Señor! Ayúdanos a apartarnos de las tinieblas que no nos dejan avanzar hacia la Luz. Haz que tu Palabra resuene con fuerza en nuestros corazones para que vivamos en paz y fraternal comunión.

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