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viernes, 20 de julio de 2012

Padre Gabriele Amort: Una vida consagrada a la lucha contra Satanás




Desde la encomienda de Barcelona volvemos a retomar el apartado dedicado a conocer las influencias tan negativas que pueden intentar llevar a cabo fuerzas demoníacas. El objetivo principal del Príncipe de este mundo, no es otro que el de alejar a las personas de Dios para reservar las almas humanas a una esclavitud permanente.

Desde Temple Barcelona os invitamos a que conozcáis de primera mano las experiencias del exorcista más mediático del momento, el padre Amorth, donde gracias a un nuevo texto de su libro “Memorie di un esorcista-La mia vita in lotta contro Satana”, nos explica de manera llana, el por qué es necesario llevar una vida ordenada y en Cristo.

Un cambio radical

Don Gabriele, el cardenal Paletti lo nombró exorcista en 1986, y lleva usted más de veinte años librando esta dura batalla. ¿Cómo cambió su vida ese hecho?

La cambió radicalmente. Para empezar, antes escribía mucho. Era director de Madre di Dio, la revista mensual mariana de la Sociedad San Pablo; lo fui duramente muchos años. Podríamos decir que mi especialidad es la mariología. Pero, a partir de 1986, mi vida cambió radicalmente y empecé a dedicarme de forma exclusiva a practicar exorcismos. Y, como veo que hacen muchísima falta y hay pocos exorcistas, trabajo siete días a la semana, mañana y tarde, incluso en Navidad y en Semana Santa. Es decir, que no haga nada más, excepto algún sermón a grupos grandes, sólo grupos grandes, sobre todo grupos de Renovación Carismática, o de Medjugorje (los dos movimientos a los que me dedico). Y, una vez al mes, doy una conferencia en Radio María, con preguntas y respuestas, de seis a siete y media de la tarde, una hora y media, el segundo miércoles de cada mes. Hace dieciséis años que doy esta especie de conferencia y veo que la gente aún no se ha cansado, aunque mi tema siga siendo el mismo: los exorcismos. Está claro que a la gente le interesan estas cuestiones, porque aprende de ellas. Recibo muchas cartas y llamadas de agradecimiento. Me hacen gran cantidad de preguntas; y muchos me dicen: “Nunca consigo hacerle mi pregunta”. Hablo tres cuartos de hora; luego empiezan las llamadas con las preguntas. Y me doy cuenta de que, frente al gran silencio sobre el diablo, que a menudo procede de la misma Iglesia, los fieles y la gente corriente tienen un profundo deseo de saber.

En definitiva, fue un cambio radical, increíblemente radical. Hace años se me conocía como mariólogo (o mareólogo, vaya usted a saber…) y ahora soy conocido como exorcista. Sobre todo porque, al ver que había pocos exorcistas, se me ocurrió escribir libros y, por el éxito que han tenido, yo diría que la Virgen bendijo mi idea. Mi primer libro, Habla un exorcista, lleva veintiuna ediciones en Italia y ha sido traducido a veintitrés idiomas. Un éxito mundial, que me ha hecho famoso en el mundo entero. Me invitan a todos los países. En Polonia me dicen: eres muy famoso en Polonia. En Brasil: eres muy famoso en Brasil. Y lo mismo en Estados Unidos, etcétera. Y soy famoso por mis libros, porque nunca he ido a esos lugares, ni voy a ir; tengo demasiado trabajo en Italia.

Luego se me ocurrió fundar la Asociación de Exorcistas. Primero sólo era nacional, pero luego se hizo internacional. En la primera reunión éramos doce; fue en 1991, en la iglesia de los Santos Pedro y Pablo, aquí, en Roma. A esa primera reunión me hubiera gustado que asistiera el padre Candido. Amantini, que entonces aún vivía. Pero no, no me vio con fuerzas. El caso es que fuimos doce. Al año siguiente ya éramos más, y al siguiente el número había aumentado mucho. En 1994 la Asociación se hizo internacional, ya que asistían muchos curas extranjeros. Ahora soy presidente emérito de la Asociación, porque, después de varios años y de haber organizado diez congresos, pensé: mejor que el cargo sea rotativo. Ahora el presidente es Giancarlo Gramolazzo, aunque los miembros me nombraron presidente honorario vitalicio. Ya ve, tras unos años ejerciendo el oficio de exorcista, se me ocurrió fundar la Asociación Internacional. Y creo que la buena acogida que ha tenido, y el número siempre creciente de miembros, demuestran que el Señor ha bendecido esta iniciativa, haciéndola suya.

Cómo exorcizar un drama

El marido es médico dentista, la mujer, ama de casa y muy inteligente; tienen dos hijas. En casa de esta familia ocurrían fenómenos extraños: ruido de pasos, presencias no identificables, golpes muy violentos, luces que se encendían y apagaban solas, lo mismo que el televisor y la radio, y objetos que se movían solos. En un punto del dormitorio hacía un frío intenso, como en una nevera.

En determinado momento, la mujer empieza a sentir dolores agudos en el estómago y la cabeza, acompañados de reacciones violentas y de un intenso odio a su marido. Un día, tras comer en un restaurante, vuelve a casa obsesionada con unos supuestos ataques sexuales del camarero, que le ha regalado un frasco de perfume. Todo es motivo de pelea con su marido, y persisten los sentimientos de odio y venganza.

Marido y mujer habían asistido a varias clases y reuniones de Nueva Era (New Age) y estaban a punto de llegar al estadio de espíritus guía; al mismo tiempo, participaban en un grupo de Renovación en el Espíritu. Resultado: la mujer está cada vez más deprimida; intenta matar a su marido y luego suicidarse; sin ningún motivo, pasa del llanto desesperado a la risa insensata.

Cuando vinieron a verme, les sugerí que, para empezar, debían confesarse, comulgar y pedir sincero perdón. Además de romper el contacto con Nueva Era, les aconsejé que interrumpieran temporalmente las sesiones con el grupo de Renovación, ya que los ejercicios de introspección para alcanzar el discernimiento causan inquietud y desmoralizan. Les recomendé que siguieran un camino de fe sencillo y personal, con una relación más directa con el Jesús Eucarístico, y que, entre semana, asistieran a alguna misa con comunión, adoración y bendición eucarística al término de las funciones. En casa, les aconsejé rezar el rosario y el exorcismo de León XIII (en su versión breve y traducida), así como beber agua y óleo exorcizados.

Después exorcicé la casa, eliminando todas las muñecas, figuras y máscaras orientales de sus hijas. También empecé a exorcizar a la mujer. Durante las sesiones, hablaba: “Somos Alef y Alimai. Satanás nos ha entregado a esta mujer. Es nuestra, no te la daremos, aquí estamos bien”.

Tras retomar la vida cristiana, tras el perdón y cinco exorcismos, la situación cambió radicalmente. Han cesado los ruidos, las peleas, por la noche duermen. La mujer ya no está obsesionada con el camarero, y su espíritu de venganza casi ha desaparecido.

Creo que, por fin, viven en paz. También están siendo muy efectivos los exorcismos breves por teléfono; confío en que pronto la liberación será total.

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