© 2009-2019 La página templaria que habla de cultura, historia y religión - Especial 'Proceso de los templarios'

viernes, 28 de septiembre de 2012

Los templarios y la Sábana Santa


  
Ecce homo!(III)

Desde la encomienda de Barcelona, volvemos a compartir más datos con todos vosotros sobre la imagen  que los templarios veneraron. Para ello hemos seleccionado un nuevo capítulo de la paleógrafa italiana Barbara Frale, extraído de su libro “I templari e la sindone di Cristo”, donde nos aporta nueva información para esclarecer qué fue o a quién representaba el “baphomet” templario..

Desde Temple Barcelona os recomendamos su atenta lectura.

4.El poder del contacto

Fuera quien fuese el misterioso hombre que veneraban los templarios, lo cierto es que lo consideraban sagrado y poderoso, hasta tal punto que alguien, en algún momento todavía por precisar, llegó a pensar que era conveniente hacer que su carisma protegiese físicamente a los templarios durante toda su existencia. Y hacerlo incluso sin que ellos lo supieran, gracias a un pequeño objeto que conservaba y transmitía su poder. Las fuentes del proceso abundaban en testimonios que atribuyen una sacralidad muy especial al cordoncillo de hilo de lino que llevaban puesto los templarios, sacralidad que provenía del contacto con un objeto digno de la máxima reverencia: sólo pocos de ellos sabían que había sido consagrado con el poder de algo venerable en grado sumo, y en el sino de esta pequeña minoría sólo alguno era consciente de que los cordoncillos eran ellos mismos poderosas reliquias porque su carácter sagrado se debía al contacto con el “ídolo”.

La costumbre de llevar siempre un cordoncillo de lino sobre la camisa, incluso por la noche, ya había sido introducida por san Bernardo en la regla templaria aprobada en Troyes en 1129. Su significado era sobre todo simbólico, porque representaba una advertencia sobre la necesidad de mantener el voto de castidad. Dormir con los calzones y el cinturón ceñido sobre la camisa quería decir en el fondo dormir vestidos, y esto se tenía por algo muy decoroso, dado que en los dormitorios las camas de los hermanos de la orden estaban una junto a otra: las luces de pequeñas lámparas ardían toda la noche para proteger la intimidad honesta, desalentando a todo tipo de malintencionados y a las personas en busca de encuentros indecorosos.

Pero con el paso del tiempo se perdió la conciencia de ese significado antiguo, a tal punto que en el momento del proceso sólo lo recordaban unos pocos. En el curso del siglo XIII cobró vida una nueva tradición simbólica asociada al cordoncillo, que se expandió porque la tradición originaria había quedado obsoleta: ya en 1250 los templarios acostumbraban consagrar cordones de su hábito poniéndolos en contacto con los lugares más importantes de Tierra Santa vinculados a la vida de Jesús, o bien con reliquias particulares que se guardaban en Outremer y por las que la orden profesaba gran veneración.

El caballero Guy Dauphin, preceptor del Temple en la región francesa de Auvernia y  miembro del Estado Mayor, lo explicaba claramente durante el proceso:

…dijo que se ceñían un cordoncillo sobre la camisa con la que dormían en señal de castidad y de humildad; los cordoncillos que él mismo se ceñía habían estado en contacto con una pilastra que se hallaba en Nazaret, exactamente en el lugar en que el ángel hizo su anuncio a la beata Virgen María, mientras que otros habían estado en contacto con reliquias preciosas que se guardaban en ultramar, como, por ejemplo, las de los santos Policarpo y Eufemia.

Guy Dauphin había sido recibido entre los templarios en 1281, pero la costumbre de consagrar los cordoncillos mediante el contacto con las reliquias era más antigua: el fraile caballero Gérard de Saint-Martial, que en el momento del proceso era anciano, había entrado en el Temple en 1258 y contó que ya entonces se estilaba convertir el cordón en reliquia consagrándolo con el carisma sacro que emanaba de la basílica de Nazaret, en el lugar donde el arcángel Gabriel había llevado a la Virgen el anuncio de la Encarnación.

¿Cómo se explica esto? La respuesta es muy simple y se encuentra ya en la Biblia, que expresa la mentalidad religiosa de los hebreos, de donde deriva la de los cristianos. Cuando Dios se apareció a Moisés en el monte Horeb como zarza ardiente que no se consumía, le ordenó que se quitase las sandalias porque aquello era suelo santo (Éxodo 3, 1-6). El lugar conservaría para siempre parte del poder de aquel Ser Supremo que allí se manifestaba, y entrar en contacto con el lugar sagrado aportaría siempre gran beneficio para los fieles.

Con posterioridad a 1250, con Jerusalén perdida decenios atrás y cada vez más lejana la perspectiva de recuperarla, los templarios sintieron la necesidad de mantener un contacto físico, concreto, con los lugares de la vida de Cristo; fue así como adquirieron el hábito de procurarse reliquias personales que pudieran llevarse siempre encima como defensa de los pecados del alma y los riesgos de la batalla: en el fondo, esto respondía bien a su perfil de orden militar y religioso, y el propio san Bernardo había subrayado que el templario siempre, todos los días de su vida, combatía en dos frentes. Durante las décadas precedentes, cuando Jerusalén y el Santo Sepulcro estaban bajo custodia cristiana, los templarios se reunían en la gran basílica para celebrar liturgias nocturnas particulares de las que las fuentes no nos dicen nada: probablemente consagraban sus cordoncillos, símbolo de los votos religiosos del Temple, poniéndolos sobre la piedra donde había sido depositado el cadáver de Jesús tras la crucifixión. En ese caso, los convertían por esa vía en invaluables reliquias de la Pasión de Cristo que llevarían siempre encima para que cuidaran de su salvación física y espiritual. Más tarde, perdido el Sepulcro por la reconquista de Saladino, tuvieron que resignarse a consagrar sus cordones con otra cosa: lugares santos del reino cristiano, sí, pero sin duda no tan valiosos como el Sepulcro, o bien ciertas reliquias de las que la orden se había apoderado y que en la segunda mitad del siglo XIII constituían un tesoro que se conservaba en la ciudad de Acre.

Entre los templarios circulaba el rumor de que el misterioso “ídolo” se conservaba precisamente en el tesoro de Acre, y todo hace pensar que su identidad fue un secreto para la mayoría de los frailes. Fuera como fuese, en la orden había muchas copias distribuidas entre las diversas encomiendas; al parecer, estas imágenes no eran expuestas sólo a la veneración de los templarios, sino también a la de los fieles laicos que frecuentaban las iglesias del Temple, como si pertenecieran a un misterioso personaje sagrado que protegiera de modo especial a la orden. Se tenía al retrato más por una reliquia que por una simple imagen, se lo conservaba y exponía junto con las otras reliquias de los templarios e incluso la liturgia con la que se lo veneraba preveía justamente aquel beso ritual que por tradición se daba a las reliquias. Según algunos templarios, llamaban “el Salvador” al ídolo; no se rezaba para pedirle favores materiales como riqueza, éxito con las mujeres o poder en el mundo, sino el más alto de los valores cristianos, la salvación del alma.

¿Es posible saber con certeza quién era el hombre representado en ese retrato? Afortunadamente, sí. En el año 1268, el sultán Baibars se apoderó de la fortaleza de Safed, que había estado en posesión de los templarios; sin duda, se asombró de encontrar en la sala principal de la fortaleza, precisamente en la que se celebraba el capítulo de la orden, un bajorrelieve que representaba la cabeza de un hombre con barba. El sultán no supo quién era aquel hombre, y tampoco el historiador moderno puede formular una hipótesis al respecto, pues el monumento fue destruido. De todos modos, hay algunas representaciones del mismo personaje en objeto s que sin duda pertenecieron a los templarios, que se conservan todavía hoy y que permiten no sólo ver la identidad del misterioso hombre, sino incluso palparla: se trata de unos sellos del maestre del Temple que se conservan en archivos de Alemania, y que llevan en su reverso precisamente el retrato de un hombre con barba, y de una tabla que se encontró en la iglesia de la residencia templaria de Templecombe, Inglaterra.

No cabe duda de que en todos los casos son copias del rostro de Cristo, representado sin aureola ni cuello, como si de alguna manera hubiera sido separada del resto del cuerpo. Es un modelo iconográfico bastante raro en la Europa medieval, pero extremadamente extendido en Oriente, porque reproduce el verdadero aspecto de Cristo tal como aparecía en el mandylion, la más preciosa de las reliquias en poder de los emperadores bizantinos. Según una tradición muy antigua, se trataba de un retrato de Cristo no producido por mano humana, sino de manera milagrosa cuando Jesús se pasó por la cara una toalla (mandylion, en griego); no era un retrato propiamente dicho, es decir un dibujo, sino más bien una impronta, una estampación. Guardado en el gran sagrario del palacio imperial de Constantinopla, el mandylion fue copiado innumerables veces en frescos, miniaturas e iconos sobre madera, y poco a poco la tradición de este retrato milagroso se difundió también en Occidente. Todavía hoy, en algunas de las basílicas más importantes de Europa quedan obras de arte que lo reproducen, como por ejemplo el icono sobre tejido conocido como Santo Rostro de Manoppello, las que se conservan en Génova, Jaén, Alicante, la que se guarda en la basílica de San Pedro en el Vaticano, dentro de la capilla de Matilde de Canossa: en todos los casos son copias del mandylion realizadas en Oriente.

La tabla que se encontró en la iglesia templaria de Templecombe parece muy interesante porque reproduce directamente la forma del estuche-relicario de Constantinopla tal como se la ve en muchas representaciones, ante todo en la espléndida miniatura perteneciente al códice Rossiano griego 251 de la Biblioteca Apostólica Vaticana: el rostro se muestra inserto en una especie de custodia rectangular que tiene las dimensiones precisas de una toalla, más ancha que larga, y esta custodia tiene una abertura en el centro que deja ver sólo el rostro de Cristo, separado del cuello y del resto del cuerpo. En el icono de Templecombe, la forma de este recuadro que deja ver los rasgos humanos de Jesús y los destaca de la cubierta en un elegante motivo geométrico cuadrifolio muy apreciado en Oriente y que ya en el siglo IX se usaba en los relicarios bizantinos.

Por tanto, en sí mismo, el fantasmagórico ídolo de los templarios era un tipo muy particular de retrato de Jesús, pero en la confusión de los interrogatorios, muchos frailes, sometidos a tortura o bien sugestionados por los inquisidores, terminaron por describir todo lo que de alguna manera pudiera asemejarse a aquella extraña cabeza masculina sobre la que los inquisidores querían informaciones a toda costa. Era un retrato que respondía al estilo de la iconografía oriental, importada de Constantinopla, pero poco conocida en Europa, y estaba presente en muchas encomiendas de la orden en distintas formas, como iconos pintados sobre madera, bajorrelieves o en forma de tela de lino, aunque en este último caso con la representación del cuerpo entero. El último de estos objetos únicamente lo vieron unos frailes en el sur de Francia: no parecía una pintura, sino más bien una imagen de rasgos indefinidos y era monocromática. Se trataba de un retrato absolutamente particular, imposible de reconocer para quien no tuviera conocimiento de ciertos hechos: reproducía a Cristo en una versión trágicamente humana, muy distinta de la del Resucitado a la que los templarios estaban acostumbrados. Y todo hace pensar que los dirigentes de la orden tuvieron sus razones para mantener en secreto su existencia. 

jueves, 27 de septiembre de 2012

Un rabino pide a sus fieles quemar los teléfonos iPhone



Desde la encomienda de Barcelona queremos compartir con todos vosotros una curiosa noticia publicada en la página de Forum Libertas. Decimos ‘curiosa’ por no decir ‘ridícula’; ya que la tecnología no debe estar reñida con los valores religiosos que promueven diferentes corrientes espirituales por todo el mundo.

El mal uso de estos aparatos, está provocado por el usuario. Los dispositivos electrónicos con acceso a la Red virtual ofrecen grandes ventajas al poder acceder a contenidos religiosos a cualquier hora y lugar del mundo.

Desde Temple Barcelona hemos considerado interesante exponer la noticia.
ForumLibertas.com

(Valores religiosos).- El rabino Haim Kanievsky, considerado una de las cinco autoridades rabínicas más influyentes de Israel, ha emitido un aviso a sus seguidores para que quienquiera que tenga en su mano un teléfono inteligente iPhone lo queme sin contemplaciones.

La promoción del último producto de la marca Apple podría sufrir un duro golpe en el Estado judío después de que este importante rabino censurara el móvil, al que compara con un arma de guerra por “el potencial daño que puede causar”, según informa la edición electrónica del diario “The Jerusalem Post”. 
Kanievsky se pronunció así en su último edicto religioso después de que varios usuarios del entorno ultra-ortodoxo le interpelaran acerca de la conveniencia de emplear el teléfono inteligente en consonancia con la ley judía.

El anuncio forma parte de una campaña iniciada años atrás por líderes de estas comunidades, que frecuentemente denuncian que los teléfonos inteligentes y su acceso a internet y a la televisión son incompatibles con las normas de moral judía pues facilitan contenidos pornográficos y fuentes de información que van más allá de los estrictos márgenes que permite el mundo ultra-ortodoxo.

Teléfonos marca “Kosher”
Numerosos miembros de estos colectivos cuentan con “teléfonos celulares kosher”, que no tienen conexión a internet, no pueden recibir ni enviar mensajes y no están operativos durante la jornada de descanso sabática. El pasado 12 de septiembre el rabino Lior Glazer protagonizó una ceremonia ritual de destrucción de iPhones en la ciudad de Bnei Brak, de mayoría ultra-ortodoxa, en respuesta a la supuesta influencia maligna del aparato.

La secta fundamentalista judía Eda Haredit también le ha declarado la guerra, al igual que a la versión de Android, BlackBerry y similares, por el “holocausto espiritual” que en su opinión provocan estos artilugios electrónicos. El Canal 10 de la televisión israelí difundió ayer imágenes de varios ultra-ortodoxos judíos rompiendo en mil pedazos esos dispositivos con un martillo.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Descubriendo a María Magdalena




Desde la encomienda de Barcelona retomamos el nuevo apartado dedicado a averiguar más datos sobre la enigmática figura de María Magdalena. En esta ocasión hemos seleccionado un capítulo del teólogo catalán Lluís Busquets de su obra “Els evangelis secrets de Maria i de la Magdalena. La història amagada”, donde nos habla sobre la hipotética posibilidad de que los cuerpos de Jesús, María y la Magdalena hubiesen sido sepultados en una misma tumba.

Desde Temple Barcelona os invitamos a leerlo.

¿Jesús, María y la Magdalena enterrados en la misma tumba?

Saltó a los periódico el 27-II-2007: James Cameron, director galardonado por su Titanic, producía un documental del realizador canadiense de ascendencia judía Simcha Jacobovici titulado The Lost Tomb of Jesus (es decir, “La tumba perdida de Jesús”, título traducido por algún medio como La última tumba de Jesús), filme promovido por las productoras canadienses Vision-TV y Discovery Channel, que debía estrenarse en las vigilias de Semana Santa. Según los medios, el 26-II también se presentó un libro firmado por Jacobovici y el “arqueólogo” Charles Pellegrino, titulado The Jesus Family Tomb (“La tumba de la familia de Jesús”), publicado en castellano en 2007, bien que al tal “arqueólogo” se le rebajó a la simple categoría de “escritor”.

La noticia iba aderezada por un contorno polémico. En seis de los diez osarios encontrados en Jerusalén estarían inscritos en arameo los nombres de Jesús, hijo de José, María, madre de Jesús, la Magdalena, José, hermano de Jesús, Judá, hijo de Jesús (“Jehuda bar Yeshua”, leo en la web de El País) y un tal Mateo. Para el realizador del documental, se trataba de la familia de Jesús al completo, incluido el hijo legendario que habría tenido con la Magdalena. Ya teníamos Código Da Vinci 2: ¿no queríamos caldo de Dan Brown? ¡Pues dos tazas! Jesús, además, ni habría resucitado ni María ni la Magdalena se habrían movido de Jerusalén. ¿Qué hemos hecho los miles de peregrinos que hemos visitado la casa de María cerca de Éfeso? ¿Qué habría hecho el Vaticano celebrando allí el cambio de milenio? El bobo.

Empecemos diciendo que los diez osarios de unos veinte siglos de antigüedad que presenta el documental son antiguos. Se encontraron en marzo de 1980 en el distrito de Talpiyot, al este de Jerusalén, en una cueva o cripta. Hemos de saber que era corriente entre los judíos del siglo I la práctica de enterrar a los muertos en un sarcófago, arcosolio o nicho y, al cabo de un año o más, recoger los huesos y depositarlos en una urna de piedra u osario, donde se podían grabar inscripciones del nombre o los nombres de los allí depositados. Durante aquellos años ochenta del hallazgo trabajaron en la cuestión arqueólogos de primera categoría, entre ellos los israelíes Amos Kloner y Dov Ben Meir, considerados entre los mejores expertos a la hora de excavar en la vieja Jerusalén, y todavía más en relación con aquel hallazgo. En 1994, el descubrimiento fue registrado en el catálogo del patrimonio arqueológico del Estado de Israel y no se le quiso dar relieve, ya que los nombres de las inscripciones se consideraron totalmente corrientes para su época. Pese a todo, los expertos se abalanzaron como halcones sobre las urnas. La BBC realizó un documental en 1996, en el que Amos KIoner desengañó a todo el mundo: allí no había rastros de la familia de Jesús el Nazareno. (No importa demasiado: Antonio Banderas protagonizó una película de Jonas McCord, The Body, según la novela de Richar Ben Sapir, acerca de un presunto cuerpo de Jesús hallado en una tumba parecida.)

La primera constatación que debe hacerse es que se produjo tal baturrillo informativo que los nombres de las inscripciones ni siquiera coinciden de un medio a otro. Al supuesto e inexistente hijo de Jesús se le llama Judah, Jehudá, Judá, Judas e incluso Matia-Judas en medios diferentes; la Magdalena debería corresponder a la inscripción Mariamana, cosa muy extraña porque no encaja ni con los escritos canónicos (donde se la llama Mariam o María) ni con los apócrifos coptos (donde se la denomina Mariham) ni con los gnósticos (donde suele ser llamada Mariammé). Según el documental, se habrían practicado pruebas de ADN a los restos de la Magdalena y de Jesús y, como no habrían resultado consanguíneas, se habría deducido únicamente por ello que eran esposos. El profesor de Estadística de la Universidad de Toronto Andrey Feueverger habría calculado una probabilidad de “una entre seiscientas” de que los restos correspondieran a una familia diferente a la de Jesús. Pero no nos especifica con qué sistema lo hizo y, para más inri, el citado arqueólogo Amos Kloner explicó a France Presse que de las novecientas tumbas de la misma época encontradas en un radio de cuatro kilómetros del casco antiguo de Jerusalén, el nombre de Jesús había aparecido en 71 ocasiones y que se ha descubierto en otras tumbas la inscripción “Jesús, hijo de José” (al menos en tres más, de acuerdo con K. Fuschs).

Sin embargo, de todas las inscripciones, debemos detenernos en una de los dos sarcófagos enviados a la Biblioteca Pública de Nueva York con motivo del estreno de la película: en arameo diría “Ya’akov bar Yosef ajui Yeishua” (es decir, “Jacob/Santiago, hijo de José, hermano de Jesús”). He hecho referencia a ella a la hora de verificar la existencia histórica de Jesús, exponiendo que el doctor Armand Puig escribe que el profesor de la Sorbona A. Lemaire, en el número de nov.-dic. De 2002 de Biblical Archaeology Review, admitía la posibilidad de que pudiese tratarse del osario de Santiago, el hermano o hermanastro de Jesús (Mc 6, 3; Mt 13, 55; Ga 1, 19), jefe de la comunidad cristiana de Jerusalén, ajusticiado por el Sumo Sacerdote Anán en el año 62 d.C. (y, de ser así, constituiría la prueba más antigua de la existencia histórica de Jesús). Pero la inscripción, como explica Puig, entraña dos problemas: la factura (arameo cursivo, utilizado sólo hasta el año 70 d.C.) y la interpretación. Para Lemaire y Fitzmyer, la inscripción se debería a una sola mano; para otros investigadores, la segunda parte (“hermano de Jesús”) sería obra de una mano más chapucera y emplearía la letra cursiva comercial mixta más tardía. En cuanto a la inscripción, puede interpretarse que José es padre de Santiago y de Jesús (y entonces Santiago sería hermano de Jesús como dicen los textos canónicos), o bien que José es padre de Santiago y hermano de Jesús (en cuyo caso, Santiago sería un sobrino de Jesús y el osario pertenecería a uno de los hermanos o hermanastros, José, también citado en los textos canónicos).

Estos datos ciertamente son muy atractivos y no es extraño que alguien hubiese adivinado en ellos la posibilidad de un buen negocio; ahora bien, resulta que hace años, exactamente el 18-VI-2003, la Dirección de Antigüedades del Estado de Israel emitió un comunicado para manifestar que el osario es real, aunque la piedra de la cual ha sido tallado no proviene ni siquiera de Israel (sino del norte de Siria o de Chipre) y que la inscripción es una falsificación agregada posteriormente por alguien que quería atribuir “significación religiosa” a la pieza. Y cuando la Dirección de Antigüedades israelí habla, sabe lo que se dice. No es de extrañar, pues, que ante el polémico documental, un arqueólogo tan serio como Kloner manifestara con suma claridad que una cosa es la ciencia y otra el negocio televisivo impulsado por dinero. Cuando preguntaron a D. Tabor, especialista en religiones que acompañaba a Cameron, Jacobovici y Pellegrino, cómo explicaban la resurrección y la ascensión, aseguró que, suponiendo que aquella tumba fuese la de la familia de Jesús, no sería preciso reescribir la Biblia, porque ya nadie piensa en la resurrección-ascensión como si Jesús se hubiese camuflado a la manera de Superman entre las nubes. Y en eso tenía razón.

La verdad es, como ya sabemos, que hoy por hoy se considera muy difícil que Jesús no fuese tratado como un crucificado cualquiera y su cadáver arrojado a una fosa común o un pozo de cal. Pero es que, si algo ha permanecido “intocable” en los escritos primordiales ha sido la vigilancia de la Magdalena sobre el de las mujeres que encuentran el sepulcro vacío en los sinópticos y la única que, después de no hallar el cuerpo de Jesús, tropieza con el Crucificado/Resucitado en el Evangelio de Juan. ¿Cómo relacionar la tradición de acudir a la tumba de Jesús –y si se trata de una tradición tardía de procesiones de mujeres plañideras al lugar en el que fue depositado, más a mi favor- con el hecho de que esté allí enterrada? Y lo que es peor, ¿cómo vincular la primera y gran tradición plástica de la Magdalena creyente en el Resucitado (es decir, en procesión hacia la tumba vacía, ya que no hubo representaciones de Jesús surgiendo del sepulcro hasta el siglo X) con este mismo hecho? ¿Y cómo pensar que si la tumba existía, no fuera venerada por sus seguidores?

A falta de más datos, La tumba perdida de Jesús, de momento, hace aguas como el barco de la película que dio tantos Oscars a su productor.  

martes, 25 de septiembre de 2012

Conociendo a Jesucristo: Hijo del Hombre



Desde la encomienda de Barcelona, tras un breve paréntesis, retomamos el apartado dedicado a conocer mejor la figura de Jesús de Nazaret. Y lo hacemos de la mano del teólogo protestante J.R. Porter. Para ello hemos extraído un capítulo de su obra “Jesus Christ”, donde nos habla sobre la expresión relacionada con Jesús: “hijo del hombre”.

Desde Temple Barcelona os proponemos su lectura.

Representación de Jesús como Rey, extrapolándolo a la expresión “ hijo del hombre”.

La expresión “hijo del hombre” aparece más de sesenta veces en los evangelios, aunque sólo se encuentra tres veces en el resto del Nuevo Testamento (Act 7, 56; Ap 1, 13; 14, 14) y se utiliza únicamente en dichos atribuidos a Jesús. El debate sobre el significado de la expresión ha sido, y sigue siendo, muy amplio. El término griego utilizado por los evangelistas no es correcto desde el punto de vista idiomático y casi todos los entendidos están de acuerdo en que se trata de una traducción literal de la frase original en arameo. El trasfondo semítico no deja lugar a dudas de que “hijo de hombre” significa básicamente “el hombre” o “un hombre” o también puede ser un pronombre indefinido, el equivalente a “uno”`.

Asimismo, también se ha propuesto que el “hijo de hombre” se usaba simplemente como un circunloquio para “yo”. Existen algunos complicados problemas lingüísticos relacionados con esta última propuesta, pero parece que poco a poco gana más aceptación entre los eruditos del Nuevo Testamento. La evidencia aramea sugiere que un orador podía decir “el hijo del hombre” en lugar de “yo” por modestia o reserva, loo que podría corresponder en el caso de Jesús, quien con frecuencia aparece como un hombre cauto en las referencias a sí mismo, como en el caso del título de Mesías. “Hijo del hombre” también podría haberse empleado para suavizar una afirmación inaceptable o desagradable. Así, cuando Jesús predijo su muerte a los discípulos, casi siempre se refiere al destino del “Hijo del Hombre” (Mc 8, 31, 9, 31, 10, 33 y paralelos; Lc 9, 22).

Según una hipótesis relativamente reciente, “Hijo de Dios” aparece en tres contextos diferentes: la actividad y enseñanzas de Jesús durante su ministerio, en afirmaciones relativas a su muerte y resurrección y en pasajes relativos a su ascensión y regreso apocalíptico. Aunque aclaradora, esta clasificación no ha logrado convencer a nadie. Algunos estudiosos continúan dudando de si el propio Jesús utilizó alguna vez la expresión “hijo del hombre”, mientras que otros sólo consideran como verdaderas las manifestaciones apocalípticas: jesús proclamó la llegada del “hijo del hombre”, pero no necesariamente se identificaba a sí mismo con la figura.

Sin embargo, el hecho de que la expresión “hijo del hombre” se limite a los evangelios y a la propia boca de Jesús nos habla nuevamente de que era un concepto teológico que se desarrolló en el seno de la Iglesia primitiva.

Jesús y el “hijo” apocalíptico

Incluso si el término “hijo del hombre” representa una forma coloquial utilizada en lugar de “yo”, la cuestión sigue siendo si, al emplearlo, Jesús consideraba que la frase tenía un significado especial. Al ser la descripción que utilizaba más habitualmente para referirse a sí mismo sugiere que era así.

Con frecuencia se ha afirmado que el concepto de “hijo del hombre” como figura apocalíptica existía ya en algunos círculos judíos y que Jesús utilizaba la expresión como un título mesiánico.

Tanto si es cierto como no, bastante probable que Jesús afrontara un papel tanto presente como futuro para sí mismo, y que su visión de tanto presente como futuro para sí mismo, y que su visión de su papel futuro estuviera influenciada por la figura del “hijo del hombre” de Daniel 7, 13. La Iglesia primitiva puede ser responsable de los términos utilizados para las referencias a Jesús en este pasaje –tanto explícitas (Mc 23, 26; 14, 62 y paralelos) como implícitas (Mc 8, 38 y paralelos) –pero originalmente deben basarse en el punto de vista del propio Jesús sobre sí mismo como el agente divino venido para el Juicio final. Existe una analogía con su doctrina sobre el reino de Dios, tanto como realidad presente como futura.

También es posible que Jesús fuera consciente del repetido uso de Dios de “hijo del hombre” para dirigirse al profeta Ezequiel en las Escrituras hebreas, por lo que la frase contribuyó a concienciar a Jesús de su propio papel como profeta. Existen considerables evidencias de que el libro de Ezequiel tuvo influencia sobre el Nuevo Testamento.

lunes, 24 de septiembre de 2012

Evangelio dominical: "El que quiere ser el primero, debe hacerse el último de todos y el servidor de todos".




Desde la encomienda de Barcelona queremos compartir con todos vosotros la reflexión del evangelio de ayer Día del Señor 23 de septiembre.

Desde Temple Barcelona deseamos que su meditación la encontréis interesante.

'Al salir de allí atravesaron la Galilea; Jesús no quería que nadie lo supiera, 
porque enseñaba y les decía: "El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; lo matarán y tres días después de su muerte, resucitará". 
Pero los discípulos no comprendían esto y temían hacerle preguntas. 
Llegaron a Cafarnaún y, una vez que estuvieron en la casa, les preguntó: "¿De qué hablaban en el camino?". 
Ellos callaban, porque habían estado discutiendo sobre quién era el más grande. 
Entonces, sentándose, llamó a los Doce y les dijo: "El que quiere ser el primero, debe hacerse el último de todos y el servidor de todos". 
Después, tomando a un niño, lo puso en medio de ellos y, abrazándolo, les dijo: 
"El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí, y el que me recibe, no es a mí al que recibe, sino a aquel que me ha enviado".'  (Mc 9, 30-37)

Reflexión:

Extrañas nos parecen, en algunos momentos, las palabras de Nuestro Señor Jesucristo. Mensajes que si los intentas entender netamente desde una perspectiva humana, carecen de un sentido lógico. ¿Cómo es posible para ser el primero –líder-, hacerse el último –principiante- y tener al mismo tiempo que servir a todos. Pero viendo los resultados actuales de muchos gobernantes, bien sean de países, de bancos o de grandes empresas multinacionales, ciertamente cobran un gran sentido las palabras de Jesús. Hace falta ser humilde para gobernar cualquier institución tanto pública como privada y trabajar en pos del bien común de todos los que forman dicha asociación. Sólo así uno se gana el respeto del resto y el respeto lleva al liderazgo, y el liderazgo a la ejecución plena de las órdenes encomendadas por él.

Plegaria:

¡Señor! Ilumínanos y llénanos de la humildad y responsabilidad necesarias en nuestras vidas para poder encontrar el correcto camino a tomar.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Barcelona vibrará este fin de semana con las oraciones de sanación del padre Kelly



Desde la encomienda de Barcelona queremos compartir con todos vosotros una noticia que fue ayer publicada en la página de Forum Libertas y que nos habla de los asombrosos logros que provoca la oración del padre Jaime Kelly en enfermos que acuden con fe a las reuniones carismáticas.

Desde Temple Barcelona hemos creído conveniente el compartirla con todos vosotros por si deseáis acudir los días 22 y 23 de septiembre a su encuentro.

P. J. Ginés

"Estoy recibiendo muchas peticiones para que el padre Jaime Kelly ore en la Asamblea por los enfermos que vendrán acompañados por sus familiares. Casi todos son niños con problemas y vienen de distintos lugares de España. Como sabemos que el que sana es el Señor, pido que desde ahora intercedáis por todos estos enfermos".

Así escribe José Antonio Godina, coordinador de la Renovación Carismática en Cataluña, al mail de muchos católicos carismáticos. La Fundación Balmesiana (C/Duran i Bas, 9, Barcelona) puede quedarse pequeña este sábado y domingo por la expectación que se ha creado en torno a la venida de Jaime Kelly, misionero del Sagrado Corazón, un irlandés afincado en Venezuela, amigo y compañero de congregación del famoso padre Emiliano Tardif, ya fallecido y en proceso de beatificación.

El encuentro está abierto a todo el mundo y explicado en www.renovacioncarismaticacataluña.es .

En julio de 2011, Kelly predicó en Madrid, en la Asamblea Nacional de la Renovación Carismática, ante unas 2.300 personas. Oró por los enfermos y delante de todos se puso a caminar una joven madrileña, Sara Quiroz, muy conocida por los carismáticos de la región, a la que todos habían visto con sus muletas y su silla de ruedas durante mucho tiempo.

Un año después, ella misma explicaba su curación en la Asamblea de 2012, y se puede ver en este vídeo:
http://www.youtube.com/watch?v=IHTZacV7dyo 

También la explicó (con mejor calidad de sonido) en Radio María, en este vídeo:
http://youtu.be/wEAgAQH2i3Y

El caso de Sara fue el más visible, pero aunque su fisioterapeuta lloraba de emoción y no sabía explicárselo, su situación, debida en principio a un fallo médico, no tenía un diagnóstico oficial.

Distinta es la situación del pequeño Alejandro, de Azuqueca de Henares (Guadalajara), el segundo de los cuatro hijos de Susana Bellido y Pedro Miguel Perales. Su problema estaba confirmado en el Hospital de Guadalajara, con dos pruebas distintas separadas por un mes: carencia de hormona de crecimiento. De los 2 a los 3 años, el niño casi no creció.

"Primero hicimos la prueba con arginina, que indicó que el niño tenía déficit de la hormona de crecimiento. El tratamiento era caro: unas inyecciones que valen 1.100 euros al mes, que han de aplicarse hasta los 15 años. La Seguridad Social, para financiarlo, pedía un segundo análisis, que se hizo al cabo de un mes, el análisis de insulina, una prueba peligrosa. Y el segundo análisis confirmó lo que decía el primero", explica Pedro, el padre.

"Pero ya empezaban los recortes en salud y la Seguridad Social anunció que no iba a cubrir nuestro caso, que si queríamos podíamos buscar otra opinión, la valoración de un centro privado", recuerda Susana. Lo llevaron al Hospital Niño Jesús, de Madrid, donde empezaron a medir su ritmo de crecimiento, y por el seguro de Sanitas, con un médico de la Moraleja: por eso, en julio, poco antes de la asamblea, les constaba que el niño apenas había crecido un centímetro en varios meses. Su situación estaba, pues, confirmada por tres centros médicos distintos.

Susana y Pedro acudieron a la Asamblea carismática de Madrid de 2011. El sábado, en el descanso de la tarde, un amigo de su grupo de oración llevó al pequeño Alejandro a la sacristía, a que el padre Kelly orase muy brevemente por él. "Luego, en el momento de la adoración, mi marido acercó mucho al niño al Santísimo, y cuando el padre Kelly dijo que había un niño que se estaba curando pensé que era el mío".

El padre Kelly se quedó unos días en Madrid con motivo de la JMJ, y el matrimonio se citó con él para otras ocasiones en las que oró por enfermos.

Cuando llegó septiembre y volvieron a hacer pruebas, quedaron asombrados: ¡el niño había crecido 4 centímetros de golpe, desde julio! Y estaba creciendo al ritmo normal. No habían llegado a  ponerle aún ninguna de las carísimas vacunas. "Pregunté a la doctora del Hospital Niño Jesús si eso era normal, si podía explicarse. Me dijo que no podía decirnos a qué se debía el cambio", explica Pedro.

Los padres de Alejandro están encantados y agradecidos a Dios, pero señalan que "cuando lo contamos a la gente no lo aprecian, no le dan importancia; incluso a mi familia, que es de misa de domingo pero nada más, les dices que crees que Dios ha hecho un milagro y ves que mucha gente pone caras tensas, que no lo escuchan", se asombra Pedro.

Pero las personas que atienden enfermos y tienen fe lo ven de otra manera. De Madrid y de otras ciudades acuden familias a Barcelona para las oraciones de este fin de semana. El lema del encuentro es "Sáname, Señor". El cardenal Lluis Martínez Sistach, como en anteriores ocasiones, presidirá la misa del domingo por la tarde. ¿Se habrán producido sanaciones visibles para entonces, como en Madrid?

jueves, 20 de septiembre de 2012

Templarios en las tierras del río Ebro: Garcia




Desde la encomienda de Barcelona volvemos a escribir sobre la influencia que tuvieron los templarios en las tierras bañadas por el río Ebro. Para ello hemos seleccionado un nuevo texto del escritor y periodista español afincado en la provincia de Barcelona, D. Jesús Ávila Granados, de su libro “Templarios en las Tierras del Ebro”.

Desde Temple Barcelona deseamos que disfrutéis de este paseo por nuestra historia.

Fotografía de la ermita de Santa Magdalena de la villa de Garcia.

Garcia, Ribera d’Ebre, Tarragona

Garcia, situado en el centro oriental de la comarca sobre la ribera izquierda del Ebro, es uno de los pueblos más antiguos de la Ribera del Ebro, como lo confirman numerosos yacimientos arqueológicos catalogados en el municipio. Jordi Castellví Llebaria, erudito de esta villa, nos habla de tres enclaves considerados esotéricos en este municipio; uno de ellos, conocido como la Roca de Sol, habría podido ser un altar (ara) de culto y oración de las culturas prehistóricas, como piedra sagrada. Esta singular piedra, que presenta forma de timbal, se alza encima de la vertiente oriental de la carretera y del curso del Ebro, en el trayecto que discurre entre las poblaciones de Garcia y Vinebre.

A pocos metros de este enclave sagrado, sobre la fachada meridional de la tierra del Tormo. Se encuentra una cavidad natural conocida tradicionalmente por la gente de Garcia como la cova dels Cremats (de los Quemados), en clara referencia a los colectivos cátaros que, en el decurso de los siglos XIII y XIV, encontraron cobijo; se cree que también podría haber pasado por este esotérico enclave Guilhèm Belibasta, el último prefecto cátaro, en su arriesgado viaje hacia Sant Mateu.

El nombre de Garcia –que se corresponde con uno de los apellidos más abundantes de España- es una derivación del árabe clásico (algarjiya), que significa “localidad”. Garceia –como era llamada por los andalusíes- dependió del bailío de Siurana.

La conquista cristiana fue protagonizada por Albert de Castellvell, a mediados del siglo XII, el cual no dudó a librar la plaza a la poderosa familia Entença, de Mora. No obstante, sabemos que el castillo de Garcia no participó en las campañas de destrucción llevadas a término por los Entença a las plazas templarias de las Camposines y Villalba dels Arcs, lo que nos lleva a deducir que los habitantes, con un sustrato morisco importante, estaban más próximos al sentimiento de los caballeros del Temple. Es posible que, a cambio, los colectivos marginales (hispano-musulmanes y judíos) de Garcia recibiesen de los templarios unas ayudas que asegurasen el clima de diálogo intercultural.

A pesar de que la historia del Temple fue borrada de los anales de las crónicas de Garcia, hemos detectado algunas evidencias que confirman la presencia de los templarios en esta población ribereña. La antigua iglesia parroquial, que se alza sobre el cerro que domina los techos de Garcia, seguramente fue templaria; el edificio consta de una nave longitudinal, en la cual se abren ocho capillas (número de la reencarnación), y un retablo conocido como un altar de las almas, que parece que procede de la cartuja de Escaladei (Priorat). También en las capillas laterales se rendía culto a san Juan Bautista, santa María Magdalena, san Roque, san Sebastián…Lamentablemente, durante la guerra civil se destruyó el templo, y posteriormente fue restaurado en parte. La iglesia moderna, construida en 1949 al interior de la población, también está dedicada a la Natividad de la Madre de Dios.

Por otro lado, a 7 kilómetros de la población se encuentra la ermita de Santa María Magdalena, en el interior de un santuario rupestre, construido por los templarios dentro de una gran gruta rocosa, sobre el nacimiento de una fuente milagrosa; se trata de una enclave de fuerza y energía telúrica, marco excepcional para la celebración de ritos de iniciación.

Pero recomendamos que no abandonéis el municipio de Garcia sin haber realizado la ruta del Puente de l’Ull de l’Asmà, de 10km de longitud, en un recorrido de baja dificultad que os permitirá descubrir los paradisíacos espacios naturales del profundo barranco del Siurana. Antes de llegar a Vinebre, en el área de descanso de la C-230, podrá admirar los restos de un embarcadero íbero (s. III aC); precisamente este tramo de la citada carretera se corresponde con la legendaria senda medieval que sigue la ribera izquierda del Ebro, a contra corriente, nombrado Pas de l’Ase (Paso del Asno), citado en los escritos de Anselmo Turmeda (1352-1432), fraile franciscano convertido al Islam, autor de numerosos libros didácticos, la mayoría de los cuales fueron reducidos a cenizas por la Inquisición.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Benedicto XVI:Resistid a todo lo que pueda destruir o minar la paz



Desde la encomienda de Barcelona hemos recibido del Servicio de Información Vaticana (VIS) la noticia sobre el reciente viaje del Santo Padre al Líbano. Resañar la solemnidad con la que los mandatarios de la comunidad musulmana han recibido al Santo Padre. Deseamos que sea un preámbulo para evitar para siempre que hermanos cristianos sean perseguidos por sectores radicales del islam.

Desde Temple Barcelona os invitamos a la lectura de la noticia.

Multitud de libaneses dieron infinidad de muestras de cariño al Papa
Ciudad del Vaticano, 17 septiembre 2012 (VIS).-El Santo Padre se despidió a última hora de la tarde de ayer del Líbano. La ceremonia de despedida tuvo lugar en el aeropuerto Rafiq Hariri de Beirut, en presencia del presidente de la República, Michel Sleiman, de los cuatro patriarcas católicos y de varios obispos libaneses, así como de las autoridades civiles.

En su discurso el Papa dio las gracias “a todo el pueblo libanés, que forma un hermoso y rico mosaico, y que ha sabido manifestar al Sucesor de Pedro su entusiasmo, con la aportación multiforme y específica de cada comunidad. Gracias de corazón a las venerables Iglesias hermanas y a las comunidades protestantes. Gracias en particular a los representantes de las comunidades musulmanas. Durante toda mi estancia, he podido constatar cuánto vuestra presencia ha contribuido al éxito de mi viaje. El mundo árabe y el mundo entero habrán visto, en estos momentos de turbación, a los cristianos y a los musulmanes reunidos para celebrar la paz”.

“Es tradición de Oriente Medio - prosiguió- recibir al huésped de paso con consideración y respeto, y vosotros lo habéis hecho. Os lo agradezco a todos. Pero, a la consideración y al respeto, habéis añadido algo más: algo parecido a una de esas famosas especias orientales que enriquecen el sabor de los alimentos: vuestro calor y vuestro corazón, que me han despertado el deseo de volver. Os lo agradezco de manera especial”.

“En su sabiduría, Salomón llamó a Hirán de Tiro, para que erigiera una casa como morada del Nombre de Dios, un santuario para la eternidad. E Hirán (...) envió madera proveniente de los cedros del Líbano (...) El Líbano estaba presente en el Santuario de Dios. Que el Líbano de hoy, sus habitantes, pueda seguir estando presente en el santuario de Dios. Que el Líbano continúe siendo un espacio donde los hombres y las mujeres puedan vivir en armonía y en paz los unos con los otros para dar al mundo, no sólo el testimonio de la existencia de Dios (...) sino también el de la comunión entre los hombres, cualquiera que sea su sensibilidad política, comunitaria o religiosa”.

“Pido a Dios por el Líbano, para que viva en paz y resista con valentía todo lo que pueda destruirla o minarla. Deseo que el Líbano siga permitiendo la pluralidad de las tradiciones religiosas, sin dejarse llevar por la voz de aquellos que se lo quieren impedir. Le deseo que fortalezca la comunión entre todos sus habitantes, cualquiera que sea su comunidad o su religión, rechazando resueltamente todo lo que pueda llevar a la desunión y optando con determinación por la fraternidad”.

“La Virgen María, venerada con tierna devoción por los fieles de las confesiones religiosas aquí presentes, es un modelo seguro para avanzar con esperanza por el camino de una fraternidad vivida y auténtica. El Líbano lo ha entendido bien al proclamar desde hace algún tiempo el 25 de marzo como día festivo, permitiendo así a todos sus habitantes vivir con más serenidad su unidad. Que la Virgen María, cuyos antiguos santuarios son tan numerosos en vuestro país, siga acompañándoos e inspirándoos”.

“Que Dios bendiga el Líbano y a todos los libaneses -exclamó el Santo Padre- Que no cese de atraerlos a Él para darles parte en su vida eterna. Que los colme de su alegría, de su paz y de su luz. Que Dios bendiga a todo Oriente Medio”.
Una vez acabado su discurso el Papa emprendió el viaje de regreso a Roma donde su avión aterrizó a las 21,40 en el aeropuerto de Ciampino. Desde allí se trasladó al palacio apostólico de Castel Gandolfo.

martes, 18 de septiembre de 2012

Una casa en Jerusalén




Desde la encomienda de Barcelona retomamos nuevamente un nuevo texto del historiador francés Alain Demurger de su libro “Vie et mort de l’ordre du Temple”. En este apartado nos describe el entorno de la Jerusalén que habitaron las diferentes órdenes fundadas tras la toma de la Ciudad Santa, y dónde fue alojada la Orden del Temple.

Desde Temple Barcelona estamos seguros que disfrutaréis de su lectura..

Los templarios deben su nombre a su “casa presbiterial” –su cuartel general- de Jerusalén, el templo de Salomón. Al principio, se constituyeron como “milicia de los pobres caballeros de Cristo”. La regla aprobada en Troyes les da otros apelativos. El prólogo se dirige en primer lugar a aquellos “que se niegan a seguir su propia voluntad y desean como un valor puro constituir la caballería del Rey Soberano”, después, personalmente, al nuevo “caballero de Cristo”. La expresión agradaba a san Bernardo. Las primeras donaciones, la de Raúl Le Gras en Champaña, por ejemplo, se dirigen “a Cristo y a sus caballeros de la Ciudad Santa”. Alrededor de dos siglos más tarde, el rey de Portugal, Dionisio, que defendió al Temple y se negó a entregar sus bienes portugueses al Hospital, obtuvo la creación de otra orden destinada a prolongar la obra del Temple, la “orden de Cristo”.

Pero ya los nombres familiares del Temple y templarios se habían impuesto. El prólogo de la versión francesa puede terminar sin problemas con estas palabras: “Aquí comienza la regla de la pobre caballería del Temple”. Las actas de donación de esos años se dirigen con frecuencia: “a Dios y a los caballeros del Templo de Salomón de Jerusalén”, “a Dios y a la santa milicia jerosolimitana del Templo de Salomón”.

Según Guillermo de Tiro, cuando Hugo de Payns y sus primeros compañeros se reunieron, no tenían “ni iglesia ni domicilio seguro”. Hombre caritativo, el rey de Jerusalén, Balduino II, les alojó en un ala de su palacio, “cerca del templo del Señor”, escriben Guillermo de Tiro y Jacobo de Vitry. Más preciso, Ernoul dice que los templarios no se atrevieron a habitar en el Sepulcro y eligieron el templo de Salomón, “donde Dios fue ofrecido”. Todavía se confunden con demasiada frecuencia el templo de Salomón, el templo del Señor y el Santo Sepulcro, incluso en las historias recientes del Temple. Dado que tal confusión no carece de consecuencias, sobre todo a propósito de la arquitectura religiosa de los templarios, considero útil describir rápidamente “la ciudad santa de Jerusalén, cuya tutela tienen y cuya defensa aseguran los hermanos combatientes de la milicia”, nos dice, con cierta exageración el vizconde de Carcasona, Roger de Béziers, en 1133.

La ciudad que los cruzados descubrieron en 1099 se presenta como un burdo paralelepípedo, rodeado de murallas y de torres. El plano del manuscrito de Cambray, que data de hacia 1150, reduce el trazado de este recinto a casi un rectángulo. La ciudad vieja actual corresponde a la Jerusalén medieval. Dos vías casi perpendiculares la dividen en distritos; el eje norte-sur, cuya parte central fue cubierta en 1152 por la reina Melisenda para albergar el mercado, pasa entre dos colinas: al oeste, el Calvario, lugar santo para el cristianismo; al este, la Moria, lugar sagrado del Islam, donde se instalaron los templarios.

Del conjunto cristiano del Calvario, surge en primer lugar, venerado entre todos, el Santo Sepulcro, formado por una rotonda y una basílica. La rotonda, o Anástasis, restaurada en 1048, alberga el sepulcro de Cristo, meta de los peregrinos de Tierra Santa. A la rotonda se añadió una basílica, cuya construcción emprendieron los cruzados y que fue consagrada el 15 de julio de 1149, quincuagésimo aniversario de la toma de la ciudad, al sur, en el antiguo forum romano, se construyeron tres iglesias en el siglo XI: Santa María Latina, Santa María Magdalena y San Juan Bautista. Hacia 1070, gracias al dinero de los mercaderes de Amalfi, se fundó un hospital destinado a acoger a los peregrinos. Una vez ampliado, se convirtió en el Hospital de San Juan de Jerusalén, cuyos ocupantes se constituyeron en orden caritativa, reconocida por el papado en 1113. En el transcurso del siglo XII, se transformó en orden militar, rival, pero también asociada, del Temple, aunque conservando su misión primitiva.

Frente a este barrio cristiano, la Moria incluye al contrario un conjunto religioso e intelectual enteramente musulmán, creado en la época de la dinastía de los califas omeyas (661-750): el Haurán o “Casa de Dios”. En el centro de una vasta explanada muy bien pavimentada (de ahí el nombre de “Pavimento” dado a veces a este palacio despejado), se alza una de las joyas de la arquitectura musulmana, la Cúpula de la Roca, llamada erróneamente “mezquita de Omar”. Fue construida de 687 a 691, sobre un plano poligonal único en tierra islamita. Está coronada por una espléndida cúpula dorada, que guarda la roca en que Jacob tuvo la visión de la escala mientras dormía. Al sur de la explanada, la mezquita Al-Aqsa, que fue edificada de 705 a 715. es la mezquita “lejana”, en recuerdo del viaje nocturno del profeta Mahoma desde La Meca. Se ajusta a un plano basilical.

Naturalmente, los cruzados modificaron por completo la Moria. La mezquita Al-Aqsa fue en cierto modo secularizada y se convirtió en residencia real cuando, en 1104, Balduino I abandonó la Torre de David, que dominaba la muralla occidental, al suroeste del Sepulcro. En 1118, el rey Balduino II acogió en ella a Hugo de Payns y sus caballeros de Cristo. En el mismo año, dejó esta residencia para ocupar el nuevo palacio real, establecido cerca de la Torre de David, dejando el conjunto de Al-Aqsa a la nueva milicia. Los cruzados habían identificado muy pronto Al-Aqsa con el “templo de Salomón”, cuyas subestructuras subsisten, y los “pobres caballeros de Cristo” tomaron muy pronto su  nombre.

Gracias a las donaciones sucesivas tanto del rey como de los canónigos del Santo Sepulcro, los templarios recuperan toda la explanada, en particular la Cúpula de la Roca, a la que llaman el “templo del Señor”, y hacen de ella su iglesia, consagrada en 1142. Sobre este verdadero “monte del Temple”, reservado para su uso y enteramente rodeado de muros, los caballeros emprenden diversos trabajos: dividen la gran sala de oración de la ex mezquita en habitaciones, construyen al oeste nuevos edificios, para instalar en ellos la bodega, el silo, el refectorio…El cronista Teodorico señala que el tejado en pendiente de este nuevo edifico no se acomoda con los techos en terraza de la ciudad. En el subsuelo, las inmensas salas abovedadas de los “establos de Salomón” albergan los caballos de la orden.

En el templo del Señor, los templarios recubren la roca de mármol y alzan un altar en su centro, encajándolo en un cierre de hierro forjado; en las paredes, hay mosaicos que relatan episodios del Antiguo Testamento; por último, colocan en la cima de la cúpula una inmensa cruz de oro. Cerca de la Cúpula de la roca, la pequeña Cúpula de la Cadena se convierte en la iglesia de Santiago el Menor. Una de las siete puertas de la ciudad, la Puerta de Oro, da acceso a la explanada. Cerrada en permanencia, sólo se abre el domingo de Ramos y el día de la Exaltación de la Santa Cruz.

Además de esta ciudad dentro de la ciudad, en los años prósperos del reino de Jerusalén, entre 1150 y 1180, la orden adquiere edificios y comercios en los barrios más poblados.

Así aparece, pues, en el siglo XII el cuartel general del Temple. Pero el “Pavimento” es también un barrio de la ciudad, que se anima durante las manifestaciones importantes, con ocasión, por ejemplo, de la coronación del rey. El cronista Emoul relata la de Balduino V, en noviembre de 1183. Balduino no tiene más que seis años. El patriarca le ha entregado la corona en el Sepulcro. Después, se forma un cortejo y, en procesión, se dirigen a la explanada del Temple. El rey niño es conducido al templo del Señor, donde, “según la costumbre de los reyes francos de Jerusalén, nacida de la tradición judía, el rey entrega su corona a la iglesia y la rescata después”. El cortejo se dirige a continuación al templo de Salomón, donde los burgueses de la ciudad ofrecen un banquete al rey y su corte.

Si el templo de Salomón es la casa matriz de la orden, Nuestra Señora es su patrona, y no hay necesidad de ser adivino para ver en esta elección la influencia de san Bernardo. Ese culto a la Virgen explica que las donaciones a la orden vayan en primer lugar dirigidas a Nuestra Señora. La regla se establece en su honor, y la mitad de las oraciones que deben rezar los hermanos le están destinadas. Una de las primeras y principales plazas fuertes confiadas a los templarios fue Tortosa, en el condado de Trípoli, ciudad célebre por su peregrinación de la Virgen. Según la tradición cristiana, san Pedro, que se dirigía a Antioquía, hizo alto en Tortosa para consagrar el santuario más antiguo elevado en honor de la madre de Cristo.

La orden del Temple comprendía caballeros, sargentos y capellanes. Los primeros eran poco numerosos, sobre todo en Occidente. Los clérigos y los laicos de Europa, que en la mayoría de los casos sólo tenían que entendérselas con los sargentos, tomaron la costumbre de dirigirse indistintamente a los “hermanos” de la milicia del Temple. Las autoridades, como el rey de Inglaterra Enrique II, distinguían entre “los hermanos del Hospital de Jerusalén y los caballeros del Templo de Salomón”. El obispo de Carcasona, que es una autoridad en la materia, pero que sabe también cómo hablan sus ovejas, arbitra en 1183 entre “los hermanos de la milicia y los hermanos del Hospital de los pobres de Carcasona”. Los hombres del siglo XII marcaron bien la diferencia entre la vocación militar del Temple y la vocación caritativa del Hospital, a pesar de la transformación de este último. La diferencia entre la vocación militar del Temple y la vocación caritativa del Hospital, a pesar de la transformación de este último. La diferencia se atenuará en el siglo siguiente, sin desaparecer. Habrá que recordarlo en el momento del proceso del Temple, ya que dicha diferencia se aprovechó en contra suya.

No obstante, frente al mundo laico, la matización resulta poco perceptible. Al relatar la toma por los musulmanes del castillo hospitalario de Arsuf, en 1265, la crónica llamada del “templario de Tiro” indica que “fueron aprisionados en su interior caballeros de religión y del siglo”. A finales del siglo XIII, templarios y hospitalarios son considerados todavía como la “nueva caballería”.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Evangelio dominical: "El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga”




Desde la encomienda de Barcelona, como cada lunes, queremos seguir meditando con todos vosotros el evangelio dominical de ayer 16 de septiembre.

Desde Temple Barcelona os animamos a su profunda reflexión para continuar con el legado de Nuestro Señor Jesucristo.


Jesús salió con sus discípulos hacia los poblados de Cesarea de Filipo, y en el camino les preguntó: "¿Quién dice la gente que soy yo?". 
Ellos le respondieron: "Algunos dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los profetas". 
"Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?". Pedro respondió: "Tú eres el Mesías". 
Jesús les ordenó terminantemente que no dijeran nada acerca de él. 
Y comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho y ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas; que debía ser condenado a muerte y resucitar después de tres días; 
y les hablaba de esto con toda claridad. Pedro, llevándolo aparte, comenzó a reprenderlo. 
Pero Jesús, dándose vuelta y mirando a sus discípulos, lo reprendió, diciendo: "¡Retírate, ve detrás de mí, Satanás! Porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres". 
Entonces Jesús, llamando a la multitud, junto con sus discípulos, les dijo: "El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. 
Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí y por la Buena Noticia, la salvará”. (Mc, 8 27-35)


Reflexión:

Esta vez San Marcos nos explica cómo Jesús se interesaba por las creencias de sus discípulos. Muchos fueron los exámenes y las reprimendas a las que sometió a los suyos para poner a prueba sus fuerzas. ¡Y es que no hay nada más duro que renunciar de uno mismo! Máxime cuando además debes cargar con la mochila de las penas y sufrimientos, representados en la cruz. Eso sí, Jesús no se olvida de recordarles el regalo que conlleva ese gran dolor, la salvación de sus vidas.

Plegaria:

¡Señor! Enséñanos a no tener miedo de seguirte, de padecer las burlas, el insulto, el rechazo. Más bien, haznos merecedores de Ti, ayúdanos a soportar el dolor que lleva a la Salvación.