© 2009-2019 La página templaria que habla de cultura, historia y religión - Especial 'Proceso de los templarios'

viernes, 18 de enero de 2013

Templarios en las tierras del río Ebro: Vinebre




Desde la encomienda de Barcelona, seguimos con el apartado destinado a conocer las zonas más singulares del río Ebro donde residieron los templarios del reino de Aragón. Para nos adentraremos con la ayuda del escritor granadino D. Jesús Ávila Granados, por otro atractivo enclave: Vinebre.

Para ello nos hemos valido de su obra “Templarios en las tierras del río Ebro”.

Desde Temple Barcelona os garantizamos que disfrutaréis de tan ameno recorrido.

Fotografía de aficionados a la pesca disfrutando del río Ebro a su paso por Vinebre.

Ribera d’Ebre, Tarragona.

Vinebre, en el extremo NE de la comarca, sobre la ribera izquierda del río Ebro, ha estado un enclave muy cobijado por muchos pueblos desde tiempos protohistóricos, como lo confirma la existencia del yacimiento de San Miguel, poblado ibérico del siglo III a.C., de 8.000 metros cuadrados de superficie, al pie del homónimo cerro, a tan sólo un kilómetro de distancia de la población, desde el cual se domina perfectamente el legendario Paso del Asno; las campañas de excavación no dejan de aportar interesantes testimonios de la mayor calidad (cerámica, figurillas de terracota, pesos de telar, monedas…). Todo esto, juntamente con los hallazgos realizados en la villa romana de la Fontjoana (surco funerario de inspiración astral), se conserva en el Museo Nacional de Arqueología de Tarragona.

Vinebre fue una importante alcazaba andalusí (el nombre de la cual deriva del árabe clásico ibn-Àbir, que es un gentilicio propio de persona); en esta época pertenecen los tradicionales cultivos de una floreciente agricultura (avellana, vino y aceite de oliva extravirgen), productos de prestigio que se han mantenido vigentes hasta nuestros días; se conservan los restos de un ham-man (baños árabes). La conquista cristiana tuvo lugar en el 1149, a iniciativa del conde Ramón Berenguer IV, el cual concedió la plaza a los templarios; los caballeros de la Orden, desde el Bailiazgo de Miravet, supieron administrar justicia y mantener el respeto y diálogo entre las diferentes culturas.

No obstante esto, a finales del siglo XIII, en concreto en el año 1284, la villa de Vinebre fue destruida completamente por las tropas de Guillem d’Entença, en la culminación de los sangrientos conflictos ocasionados por la rivalidad de la influyente familia de los Entença; la mayoría de sus habitantes fueron degollados, aprovechando una jornada que el pueblo se encontraba sin protección del Temple. Poco después, el comendador Berenguer de Sanjust, llevó a término la reconstrucción integral de la población, pero en un lugar más próximo a la ribera, para poder socorrer mejor las defensas desde el agua. Esta nueva fundación fue bautizada con el nombre de Vilanova de Vinebre.

La iglesia parroquial está dedicada a san Juan Bautista; se trata de una obra barroca (s.XVIII), levantada sobre la anterior iglesia de factura templaria. A menos de un kilómetro de distancia de la población, se alza la ermita de San Miguel Arcángel, que domina un enclave importante; fue construida por los monjes de Escaladei (Priorato), en el año 1680, sobre una iglesia templaria anterior (s.XII). Después de beber agua en la fuente medicinal, si el viajero es amante del senderismo y lleva un calzado adecuado para caminar, aconsejamos que se acerque a la Roca del Sol, la montaña sagrada que, en forma de inmenso timbal de piedra, domina el lento curso del Ebro, ya en el vecino municipio de Garcia.

La villa de Vinebre ofrece, además, un interesante patrimonio monumental, como es Ca Don Joan, singular edificio del siglo XVI, joya del renacimiento civil; el convento y colegio de las Teresitas, obra de Bernat Martorell, amigo y discípulo de Gaudí; y la casa natal de san Enric d’Ossó i Cervelló, fundador de la Orden de las Teresitas, una interesante masía del siglo XIX convertida en museo.

Los famosos vinos de Vinebre –blancos y de misa-, orgullo y prestigio de esta población, así como la tradición de elaboración del aceite –amparado por el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Siurana- se deben también a los templarios. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario