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jueves, 7 de febrero de 2013

Descubriendo a María Magdalena




Desde la encomienda de Barcelona volvemos a recuperar el apartado destinado a investigar sobre la persona de María Magdalena. Para ello seguimos analizando el manuscrito del evangelio atribuido a María Magdalena, que aclara  el teólogo catalán Lluís Busquets de su obra “Els evangelis secrets de Maria i de la Magdalena. La història amagada”, donde compara la estructura y el significado que tienen las palabras del mencionado Evangelio.

Desde Temple Barcelona, estamos convencidos de que su lectura os cautivará.

b.2) Estructura, parámetros narrativos y significación

El Evangelio se estructura en tres partes bien marcadas: a) cc.1-4 (Diálogo del Salvador sobre la naturaleza de la materia y del pecado), b) cc.5-9 (Intervención de Magdalena explicando una visión sobre la ascensión del alma al mundo superior) y c) c.10 (Polémica entre los discípulos, de manera que Pedro y Andrés contradicen a Magdalena y Leví la defiende hasta tal punto que la mujer sale vencedora del debate). En esquema, tendríamos esto:

a)     cc.1: [Faltan las seis primeras páginas]
[Supuestamente se trata de un diálogo postresurreccional del Salvador]

     cc.2-4: Fin de la materia y naturaleza del pecado
En el presente, todas las cosas, materiales o espirituales, están entretejidas unas con las otras, pero al final no será así, porque cada naturaleza retornará a su propia raíz, a su estado y destino originales. En el ínterin actual, en el mundo mixto, la naturaleza del pecado –que no existe- está vinculada a la naturaleza de la vida. Los seres humanos pecan porque no reconocen la naturaleza espiritual superior, de modo que la propia naturaleza inferior los seduce, los engaña y los conduce a la enfermedad y a la muerte. No hay que seguir externamente a un líder ni a ninguna norma, sino buscar internamente en cada uno de nosotros a la Criatura de la Humanidad Verdadera, que pertenece al Dominio Divino, y conquistar así la paz interior. Eso es lo que se debe practicar.

b)      cc.5-7: Distinción entre alma, espíritu e intelecto
Ante la desolación que muestran los discípulos, temerosos de jugarse la piel predicando el Evangelio, cuando Jesús asciende a los cielos, María les consuela solicitándoles que sean “humanos de verdad”, como es ella, aunque no sea varón. A petición de Pedro, María explica enseñanzas que ha recibido personalmente en una visión profética. La visión (la naturaleza de la profecía) no se obtiene ni por el espíritu ni por el alma, sino por el intelecto y…

     cc.8: [Faltan las páginas del medio]
[Se cree que el Salvador iba a exponer la superioridad del intelecto y, sin embargo, cuando el texto continúa, el alma cobra importancia en su ascenso al mundo superior, desprendida del cuerpo, ya que después de la primera Potencia, las Tinieblas, se encuentra con una segunda, el Deseo o la Concupiscencia].

     cc.9: Ascensión del alma venciendo a los cuatro Poderes
Ascenso del alma al mundo superior venciendo a los Poderes malignos (Tinieblas, Concupiscencia, Ignorancia e Ira), que quieren mantenerla atrapada en el mundo material e ignorante de su verdadera naturaleza espiritual.

c)      cc.10: Discusión y solución
Al concluir el relato, Andrés y Pedro (que no debía de esperar estas enseñanzas excelsas) se resisten a creer que provengan del Señor por dos razones: a) el rechazo a una enseñanza basada en la profecía o en la revelación privada; y b) el hecho de que hayan sido confiadas a una mujer. María rompe a llorar porque no se engaña ni les engaña, y Leví sale en su defensa reprendiendo a Andrés y a Pedro, que ha actuado como Adversario, sabiendo que Jesús amaba a la Magdalena más que a nadie, y haciéndoles sentir vergüenza. Esto parece espolearles a ir a predicar el Evangelio, de manera que Magdalena resulta totalmente enaltecida.

No nos entretendremos a caracterizar a los personajes, sobradamente conocidos, presentados en dos planos: en uno, el Salvador –que habla a los discípulos antes de la Ascensión y se presenta en una visión a Magdalena-, es el verdadero personaje catalizador del relato; en el otro, se nos presenta a los cuatro discípulos en una doble pareja de protagonistas/antagonistas. No sabemos en qué espacio tiene lugar este diálogo; el tiempo, en cambio, parece ser el que media entre la Resurrección y la Ascensión, propio de los diálogos gnósticos.

La significación temática parece clara: se debe considerar a una mujer como la Magdalena no sólo como una verdadera discípula-apóstol del Señor y, por tanto, la gnóstica perfecta, por encima de los discípulos varones, porque no teme desamparar su cuerpo y regresar anímicamente al hogar superior, sino también como la única capaz de recibir visiones especiales del Señor, de consolar a los discípulos al constatar la separación del Salvador y de instarles a no sentir miedo a la hora de ponerse a predicar la buena nueva.

Llegados aquí, es evidente que la revelación de María presenta una concepción totalmente alternativa a lo que significa el seguimiento de Jesús. [próximamente continuaremos con la Interpretación entre el Evangelio de María y la protoortodoxia]

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